sábado. 20.04.2024
El Frente Atlético decidió no comparecer durante el primer tiempo en protesta por los malos resultados del equipo. Cuando aparecieron en el descanso fueron mayoritariamente pitados por el resto de la afición.

La crisis en el terreno de juego se ha trasladado definitivamente a las gradas del Cívitas Metropolitano. La carta de Miguel Ángel Gil pidiendo unidad en torno al equipo para salir del bache no ha surtido, como era previsible, efecto alguno. La división ya está instalada y se ha plasmado gráfica y sonoramente.

El partido llegaba en un ambiente enrarecido, con la afición confundida ante la duda de cuál es la mejor actitud a adoptar ante la depresión que sufre el equipo, ante su entrenador y ante el resto de la afición misma. A la hora de buscar culpables a la situación es posible encontrar más de uno pero cada cual tiene su preferido y en estas batallas amplificadas por las redes sociales a menudo al contrario no se le otorga el carnet de buen Atlético, que hay quien cree poseer en exclusiva.

PITADA EN RESPUESTA A LA HUELGA DE ANIMACIÓN DEL FRENTE ATLÉTICO

La batalla en la grada venía fermentándose de forma soterrada en las últimas semanas pero la decisión del Frente Atlético de hacer una huelga de animación durante el partido contra el Espanyol lo ha sacado a la luz. Durante el primer tiempo los integrantes de la grada de animación no han hecho acto de presencia, y cuando lo han hecho tras el descanso ha sido para estar sentados y callados. Una actitud que no ha sido mayoritariamente bien recibida por el resto de la grada.

Cuando los primeros miembros de dicha grada han desfilado al descanso hacia sus asientos, el resto del estadio ha sentenciado la acción con una sonora pitada respondida con gestos obscenos por parte de los integrantes del fondo sur. Ya antes, de forma mayoritaria, la grada decidió no respaldar la petición del Frente Atlético de no animar al equipo porque, en su ausencia, animaron a la salida de los jugadores y, en momentos puntuales, en algunas fases del partido a pesar de que se generaba muy poco entusiasmo desde abajo.

Un sector de la grada aprovechó que nadie en el fondo sur dirigía la animación para volver a cantar el "¡Olé, olé, olé, Cholo Simeone!" que hace mucho tiempo mantiene vetado el Frente Atlético. La mención al técnico permitió comprobar que la grada está dividida sobre el supuesto fin de ciclo del entrenador argentino. Mientras una parte de la afición respaldó el cántico de ánimo al Cholo, otro sector, minoritario pero numeroso, silbaba.

Ahora, como era de esperar, la respuesta de la afición al Frente Atlético está generando aún más división y enfrentamiento entre los atléticos, como se puede comprobar en las respuestas al tweet en el que MÁS ATLÉTICO muestra la reacción del estadio a la entrada del grupo. Parte de la afición reprocha al FA que esta acción es inoportuna (animaron y aplaudieron al equipo tras la eliminación de la Champions y lo castigan ahora sin animar cuando más lo necesita el equipo en Liga, donde sí sigue vivo) y quebranta la tradicional fidelidad de la afición a su equipo en las buenas y en las malas. También se les reprocha que lleven meses sin animar al Cholo y que tampoco canten en contra de la directiva.

CRECE LA DIVISIÓN EN LA AFICIÓN

Por su parte, los defensores de la acción se arrogan el hecho de ser los únicos que están siempre con el equipo, en casa y fuera de casa (lo que no deja de ser una evidente contradicción con la acción que han realizado), y se muestran indignados porque la afición les pite ahora y no les reconozca el papel de defensores de las esencias atléticas que se atribuyen casi en exclusiva. El caso es que ni siquiera dentro de la grada de animación hay unanimidad. Los antidisturbios tuvieron que intervenir ante un conato de enfrentamiento entre seguidores a favor y en contra de Joao Félix por el gesto desafiante que les dedicó tras marcar.

Joao Félix dedicó este gesto a la grada de animación / Foto: ATM
Joao Félix dedicó este gesto a la grada de animación / Foto: ATM

Lo que aún nadie ha explicado es cuál es exactamente el resultado que esperaban de la huelga de animación. Sea cual sea ha sido un fracaso. Ni hubo una reacción en el terreno de juego ni fueron respaldados por el resto de la grada. Eso sí, la brecha entre la afición es ahora más grande que nunca.

La otra guerra del Metropolitano: división en la grada