viernes. 29.03.2024
Atlético 0 - Villarreal 2

Los accidentes ocurren a veces en la vida, también en la del Atlético

El Atlético de Madrid no mereció perder ante el Villarreal. Mucho menos por 0-2. Seguramente el empate hubiera sido el resultado más justo, habida cuenta de que cada una de las dos partes fue para cada uno de los dos equipos. También tuvieron igual de ocasiones de gol claras. Pero un grosero error en un despeje de Nahuel Molina propició el 0-1 y su auto expulsión al borde del final del partido, el 0-2.
Joao Félix disputa una pelota / Foto: ATM
Joao Félix disputa una pelota / Foto: ATM

Los accidentes ocurren a veces en la vida, también en la del Atlético de Madrid hoy en su estreno liguero ante el Villarreal en el Metropolitano. No mereció perder el Atleti, mucho menos por 0-2, un resultado tan contundente como engañoso para cualquiera que no hubiera podido seguir el partido.

Seguramente el empate habría sido el resultado más justo, atendiendo a que los equipos se repartieron cada una de las dos mitades en la contienda. Tampoco el Villarreal tuvo más ocasiones de gol que el Atlético. Lo que pudo materializar en el primer acto, lo igualó el equipo de Diego Simeone durante los segundos 45 minutos. Pero un grosero error en un despeje de Nahuel Molina propició el 0-1 y su auto expulsión al borde del final del partido, el 0-2.

Tropezón para reflexionar en el Cívitas Metropolitano, que estrenó nombre con derrota en un partido que recordó al de la temporada pasada. El mismo planteamiento rácano y desesperante de Emery al que Simeone tampoco supo responder. Esta vez el Villarreal, un equipo más trabajado en pretemporada, sacó una victoria que baja al suelo al Atlético. No es todo tan bonito como parecía pero tampoco hay que perder los nervios. Hay soluciones y algunas están en el banquillo.

PRIMERA PARTE 'AMARILLA'

El arranque fulgurante del Atlético nada más iniciarse el juego fue un espejismo. No en términos metafóricos, sino literales, en tanto que 'espejismo' es definido por el Diccionario de la Lengua Española como, "Ilusión óptica debida a la reflexión total de la luz al atravesar capas de aire caliente de diferente densidad". Los 36 grados de temperatura que castigaban a esa hora (19:30) el estadio rojiblanco bien pudiera haber generado esa ilusión óptica que se concretó en un zarpazo de Álvaro Morata cuando se llevaban 19 segundos de juego. La persiguió en carrera por la zona derecha del área, la controló, se giró y le pegó con una violencia tal de izquierda que casi mata al portero del Villarreal, 'Gero' Rulli (la despejó con su pecho). De todos modos, el árbitro marcó fuera de juego a posteriori, a instancias del linier.

Pero  hasta ahí duró el fogonazo de arranque de los del 'Cholo'. A partir de ese momento y hasta los últimos instantes de la primera mitad, quien gobernó el partido fueron los chicos de Unai Émery. El público del Metropolitano protestaba por el cloroformo que suministraba el submarino amarillo a las acciones de mitad de cancha para atrás, pero es su estrategia de juego: slow motion de inicio atrás con los defensas y el portero provocando, arriesgando y buscando la desesperación del contrario (nunca un pelotazo arriba, por exigidos que estén), para luego desplegar un fútbol vertiginoso y de primer toque de mitad de cancha hacia adelante. 

PROPUESTA INICIAL DE SIMEONE

El 5-3-2 planteado por el 'Cholo' claramente no funcionaba para robarle el balón al Villarreal en esta primera parte. El Atlético perdía casi todos los duelos individuales y había dudas en el equipo. Por momentos, no se terminaban de decidir los jugadores de si ir a intentar robar el balón arriba o esperar atrás. En esa indefinición, el fútbol virtuoso y trabajado planteado por Émery gobernaba.

Lo Celso, Pedraza y Jackson  pasaron los primeros 15 minutos ganándole siempre la espalda a Nahuel Molina y marcos Llorente. Un dato muy significativo: 13 minutos tardó Joao Félix en tocar la primera pelota. Fue hacerlo y generar una buena ocasión de gol. No volvió a oler el cuero hasta 8 minutos después, lo que traducido quiere decir que el Villarreal vivía muy tranquilo y el Atlético sufría.

En 17 minutos Jan Oblak ya había hecho dos milagros ante Giovani Lo Celso: el primero, una manopla salvadora; el segundo, un prodigio inexplicable de reflejos cuando ni tan siquiera pudo ver salir la pelota a menos de un metro, tapada la visión por Savic. Ambos por la misma zona, la banda derecha de Nahuel Molina.

Luego, solo la buena fortuna hizo que se anulara el que pudo ser el primer gol del Villarreal al rozar la pelota la mano de Gerard Moreno cuando el delantero amarillo la incrustó en la malla rojiblanca. Yannick Carrasco solo pudo demostrar una sola cosa en la primera parte: que está lento, con plomo en las botas, necesitado de la punta de velocidad que su fútbol necesita. Jamás pudo desequilibrar a Juan Foyth.

JOAO FÉLIX

A Joao se le vio con muchas ganas, pero desesperado por no tocar balón en el primer entreacto.
Hasta el minuto 37 no logró hilvanar una mínima combinación con Morata. En ella, el portugués decidió muy correctamente jugársela en solitario al borde del área. Su zapatazo de derecha salió a centímetros de la escuadra de Rulli. Lo volvió a intentar al borde del descanso con una volea desde casi la misma posición. Esta vez la mandó al segundo anfiteatro.

PAUSA PARA BEBER

Todo comenzó a cambiar a partir de la pausa para la hidratación. El Cholo llamó desde la banda a los suyos y les metió definitivamente en el partido. Empezó a llegar el Atleti por la banda izquierda. Desde ahí salieron tres balones aéreos destinados a Morata. El madrileño, muy enchufado en la primera parte, lo remató todo, de cabeza o de espuela, pero ninguna ocasión fue demasiado clara.

SEGUNDA PARTE, SE REPITE LA HISTORIA

Se llegó así al descanso y el inicio del partido resultó demasiado parecido a la primera parte. El Villarreal ralentizando el juego al máximo y el Atlético ineficaz en la presión. Quien se rebeló contra la situación fue Joao Félix, que se inventó ocasión en el 51 tras robar un balón en la presión. Cedió a Nahuel que disparo cerca del palo derecho de Rulli.

Tres minutos después decidió Simeone mover, por fin, un centro del campo que se veía superado por los del Emery. Sustituyó a Lemar por De Paul, y a Griezmann por Llorente. El francés se movió por toda las partes, ayudando a subir el balón y asistiendo a sus compañeros en ataque. Joao le acompañó en esa función en cuanto bajó dos grados la temperatura. Griezmann encontró su primera oportunidad en el 67, disparo que sale fuera tras jugada individual.

NUEVA DELANTERA Y TIRO EN EL PIE

Quiso Simeone acompañar a Griezmann de nuevos delanteros frescos para buscar los huecos que fabricaba Griezmann. Cunha y Correa sustituyeron a Morata y Joao. Entre los dos no tardaron ni cinco segundos en fabricarse una ocasión clara. Remate de Cunha a pase del argentino que para Rulli.

Cuando mejor estaba el Atleti, cuando peor estaba el Villarreal, llegó el tiro en el pie. Nahuel se hizo un lío en el área en presencia de Koke y el balón acabó en los pies de Yéremi Pino que batió a Oblak sin oposición. La reacción del Atleti, por lo suelos. Nahuel volvió a su posición mirando al cielo lamentando semejante error en su estreno ante la afición. Acabaría aún peor.

El sabor de la derrota lanzó al Atleti en ataque. Llegó la ocasión más clara del partido en un remate al larguero de Cunha. El balón lo cazó Carrasco pero su disparo lo detiene Rulli en la misma línea de gol con el 99% de la pelota dentro de la portería. El VAR revisó y ordenó seguir. Cuestión de fé viendo la imagen. Cuando hay duda nadie duda de a quién se perjudica.

El balón y el gol fantasma
El balón y el gol fantasma

Era el minuto 78 y las prisas llegaban al Atleti. Volcado en ataque el Villarreal aprovechó para lanzar contras. Si algo se puede rescatar de este partido es un repliegue espectacular de Reinildo recortando metros a Pino en una carrera hacia la nada para cualquiera; hacia un corte limpio en el caso de Reinildo, que se llevó la ovación de la afición.

SEGUNDO GOL Y EXPULSIÓN DE MOLINA

Dos contras en solitario ya fue demasiado. El segundo gol llegó en una contra en solitario de Gerard Moreno por la banda de Molina... Que ya no estaba en el campo. Se auto expulsó en una acción innecesaria que probablemente se habría resuelto con amarilla si su camiseta no llevara rayas. Pero hay cosas que no cambian. El Villarreal hizo el mismo partido que la temporada pasada, feliz con el empate a cero, buscando desesperar al rival hasta conseguirlo. Molina cayó en la trampa, como el árbitro, que permitió las pérdidas de tiempo sin sanción pero se le soltó la mano con fluidez para castigar con roja un empujón de Molina exagerado por la "víctima".

Los accidentes ocurren a veces en la vida, también en la del Atlético