sábado. 20.04.2024
El Atletico, ante el Cádiz / Foto. ATM
El Atletico, ante el Cádiz / Foto. ATM

JAN OBLAK: Exculpado.

Absolutamente nada que reprochar a Oblak. En ninguno de los tres goles que recibió tuvo la más mínima opción siquiera de poder hacer algo para evitar la derrota. 

REINILDO: Cansado.

El mozambiqueño no tuvo un mal encuentro. El problema es que ha acostumbrado a la parroquia atlética a estar siempre sublime. Contra el Cádiz se le notó un poco cansado (ha jugado todos los partidos desde que llegó en enero pasado). Aún así, bastante correcto. Sobre todo si se le compara con su compañero de la otra banda.

NAHUEL MOLINA: Desastroso.

Hablábamos de él cuando se mencionaba al "compañero de la otra banda" de Reinildo. Lo cierto es que Nahuel Molina llevaba varios partidos ilusionando con que poco a poco iba entonándose. Incluso había venido haciendo dos últimas buenas actuaciones. Contra el Cádiz este sábado estuvo desastroso. Dos de los tres goles del conjunto amarillo son achacables a su falta de contundencia, tibieza en el cierre, descoordinación en lo táctico, escasez de actitud y carencia de rigor defensivo. 

AXEL WITSEL: Cumplidor.

El belga volvió a demostrar que tanto si lo colocan en el centro de la defensa como si le toca jugar en su hábitat a priori natural, el centro del campo, se exhibe siempre cumplidor. 

SAVIC: Serio.

Es probable que exista mayor química entre él y Josema Giménez que cuando tiene como compañero a Witsel, pero con el belga también se entendió bien, mostrándose serio y correcto durante el encuentro. Nada que reprocharle en los goles en contra.

SAÚL ÑÍGUEZ: Intermitente.

Jugó nuevamente de carrilero por la izquierda todo el encuentro y a ratos cumplió..., a ratos no cumplió. Nunca escatima el esfuerzo y las ganas, pero está lejos del Saúl de antaño. También mostró la misma intermitencia en los centros que puso al área: la mayoría contra la defensa, algunos buenos y con peligro. Ya en el descuento, tuvo en su pie derecho (el malo, ya que es zurdo) una ocasión increíble para poder sentenciar, solo ante Ledesma y con un Cádiz entregado, lo que hubiera sido el 2-3. Sin embargo, le faltó paciencia y la echó fuera. La siguiente jugada fue el definitivo 3-2 para los cadistas.

RODRIGO DE PAUL: Apagado.

En la primera mitad fue el mejor del Atlético. Luchó, batalló, recuperó y tuvo profundidad. En el segundo acto apenas se notó su presencia en el campo y se fue apagando como una vela.

YANNICK CARRASCO: Voluntarioso.

Lo mejor que se puede decir del belga es que los 60 minutos que estuvo sobre el césped le puso toda su voluntad por hacer cosas y enfrentar a los defensas rivales. Es claro que no está en su mejor momento físico, pero se le notan brotes verdes de mejora. Sánchez Martínez le hurtó un penalti perfectamente pitable. 

ÁNGEL CORREA: Sin opciones.

Cuando eres delantero y tu equipo no te genera oportunidades para que te ejercites, muy poco más de lo que hizo ante el Cádiz Ángel Correa se puede hacer para generar peligro. Salió de titular, pero el escaso punch del Atleti los primeros 45 minutos le restaron opciones al rosarino.

ÁLVARO MORATA: Maltratado.

Nuevo partido en el que Álvaro Morata es maltratado por los árbitros. Lo golpean, lo pisotean, lo traban..., y nada. Lo habitual es que los colegiados únicamente le presten atención para mostrarle tarjetas a él mismo, cuando debieran mostrárselas a los defensas que no paran de hacerle faltas. Contra el Cádiz sucedió tres cuartos de lo mismo, casi le fracturan -literalmente- el pie, dentro del área además (sería penalti), pero Sánchez Martínez no señaló ni falta. Morata tuvo que abandonar en el minuto 9 de la primera mitad el terreno de juego, lesionado por esa falta.

CAMBIOS

MATHEUS CUNHA: Irreconocible.

Sustituyó en el minuto 9 al lesionado Morata, de modo que dispuso de casi todo el partido para reivindicarse. Apenas tocó una pelota. No sé comprende qué le está sucedeniendo a Cunha, pero está en estos momentos muy lejos de ese jugador corajudo, bravo, fuerte y capaz de meter la cabeza en un ventilador que siempre es, juegue los minutos que juegue. Se le nota falto de sus dos mejores virtudes, la fuerza y la tenacidad. 

ANTOINE GRIEZMANN: Desfondado.

Si Diego Simeone dejó a su jugador fetiche en el banco es porque sabe que Griezmann llegaba agotado a Cádiz. Le dio salida en la segunda mitad, faltando media hora todavía por jugarse, pero al francés se le notó que la acumulación de encuentros siendo la brújula constante del equipo -después del agónico partido contra el Leverkusen- le han agotado la gasolina del depósito y necesitaba descansar este sábado. No estuvo mal, pero no se vio al Griezmann diferencial.

JOAO FÉLIX: El mejor.

Ese papel de diferencial lo asumió ante el Cádiz Joao Félix. Si su cabezazo final hubiera entrado también, se habría ido del Nuevo Mirandilla llamándose 'Joao Feliz', porque feliz también habría hecho a la afición atlética. Pero no pudo ser. Saltó al terreno de juego junto a Griezmann y media hora por delante para reivindicarse. Al principio se le notaba demasiado ansioso, queriendo demostrar en cada jugada que es el mejor futbolista del Atlético de Madrir. Cuando logró quitarse esa angustia con una chilena que acabó en gol (rebotando en un defensa), apareció el Joao que todo el Atleti desea ver, includio el 'Cholo' Simeone. Extrañaría no verlo de titular frente al Porto el martes.

PABLO BARRIOS: Debutante.

Para el chaval, y pese a la derrota, el 29 de octubre de 2022 quedará siempre fijo en su memoria. Lo hizo debutar Diego Simeone. No defraudó. No dio síntomas de ser el novato. No se arrugó, pese a debutar con el partido desbocado. Se le notó temple y cuajo. Incluso estuvo a punto de marcar lo que hubiera sido el gol del trinfo atlético, con un disparo al borde del área que atajó Ledesma. Es un motivo de alegría para el Atlético disponer de un canterano del que sus técnicos dicen que va a dar que hablar.

ASÍ JUGARON