sábado. 20.04.2024
Alineación del Atleti ante el Mallorca / Foto: ATM
Alineación del Atleti ante el Mallorca / Foto: ATM

JAN OBLAK: Abandonado.

Hubo un tiempo en el que Oblak era candidato permanente al trofeo 'Zamora'. Su calidad salvadora unida a la mejor defensa de La Liga hacían de la portería atlética un fortín casi inexpugnable. Mera nostalgia del pasado. Actualmente, Oblak conserva su parte, pero imposible hacer más de lo que hace con una defensa suicida, abonada a colocarse un revólver en la sien para jugar a la ruleta rusa con el esloveno y de la que ya casi no se salva ni Reinildo. Cierto que en el gol del Mallorca dejó el rechace cerca, pero perfectamente despejable, si no hubiera sido porque toda la zaga defendió con la mirada. Luego salvó con un paradón lo que hubiera sido el 2-0. Pobre Oblak, abandonado.

STEFAN SAVIC: Irreconocible.

Totalmente perdido. Midió mal casi siempre y nunca pudo con Muriqui, al que se empeñó en todos los duelos en ir al choque, cuando a un delantero como el albano-kosovar del Mallorca lo que peor le sienta es que le dejen darse la vuelta con la pelota, mientras que, por contra, agradece siempre que le cuerpeen (justo lo que hizo Savic).

FELIPE: Horrible.

Si Savic no compareció, Felipe fue lo peor que le pudo pasar a Savic como compañero. El brasileño anduvo mal por alto, mal por bajo, mal en la salida de pelota, mal en los cruces y mal a la hora de medir.

NAHUEL MOLINA: Señalado.

Por una vez, Nahuel Molina no fue el peor defensa del Atlético de Madrid. No porque su actuación fuera acertada (que no lo fue), sino porque el resto de la defensa mostró un actuación tan pobre como la del argentino. Se igualó todo por lo bajo. Fue sustituido (y señalado, por fin) por Simeone antes del minuto 30, con una amarilla y el temor de dejar al equipo con diez si hubiera continuado en el campo. 

REINILDO: Contagiado.

Frente al Mallorca, parece como si el siempre acertado Reinildo se hubiera dejado contagiar por el resto de sus compañeros de la defensa del Atleti. Aún así, estuvo por encima de ellos, lo que tampoco es decir mucho.

RODRIGO DE PAUL: Guadiana.

Como el río, De Paul apareció y desapareció frente al Mallorca. Apareció entonado en el arranque, con un par de buenos balones a la espalda de los bermellones. Uno de ellos finalizó en gol anulado (por centímetros) a Morata. Pero luego ya desapareció, hasta ser sustituido.

AXEL WITSEL: Superado.

Posiblemente haya sido el peor partido del belga desde que llegó al Atlético. Witsel ha sido siempre sinónimo de garantía, oficio y buen hacer. En este partido nada de eso se pudo ver. Reflejo de la tónica general.

YANNICK CARRASCO: Desaparecido.

No creó peligro en ataque. No ayudó en defensa. No intentó desbordes. No centró. En suma, no estuvo.

MARCOS LLORENTE: Batallador.

Mientras tuvo gasolina en las piernas, intentó ir a la guerra, pero sin armas con que pelear, por solitario y porque sale de lesión y no está al 100% de su fuerte, el físico. Para colmo, Simeone lo colocó casi todo el partido de nuevo (tras la sustitución de Nahuel), como lateral. Al menos mostró orgullo.

ÁNGEL CORREA: Desubicado. 

Dispuso de muchos minutos, al entrar por Nahuel Molina, pero casi ni se le vio. Nuevamente Simeone lo colocó de interior. El rosarino hace daño en las distancias cortas del área y se desfonda sin premio cuando tiene que pelear con muchos metros por delante.

ANTOINE GRIEZMANN: Apagado.

Solo apareció en los instantes finales del encuentro, caído a banda izquierda. Fueron los minutos de mayor peligro del Atleti.

ÁLVARO MORATA: El mejor.

Si el delantero centro del equipo no marca un solo gol y aún así hay que señalarlo como el mejor de los del Atlético..., eso da la medida de lo que hicieron los rojiblancos frente al Mallorca. Al menos Morata logró rematar a gol los únicos dos balones que le llegaron: el primero fue anulado por el VAR (milimétrico fuera de juego) y el segundo fue la parada de la jornada, a cargo de Rajkovic, la que impidió el premio.

CAMBIOS

THOMAS LEMAR: Intrascendente.

No fue capaz el tiempo que jugó de aportar lo que de él necesita el equipo, visión de juego, trazos combinativos e imaginación.

KOKE: Exculpado. 

Los minutos de que dispuso no desentonó, pero muy poco pudo hacer para ordenar a un equipo que daba una sensación atroz de vivir con angustia vital.

SERGIO REGUILÓN: Debut.

Nada que achacar a Reguilón. Es el primer partido que juega en lo que llevamos de temporada, después de pasar por el quirófano y la rehabilitación.

ASÍ JUGARON