sábado. 20.04.2024
Atlético Madrid 1 - Real Madrid 0

El Atlético doblega al Real Madrid y casi asegura su presencia en Champions

El Atlético de Madrid se lleva un derbi en el que pudo golear al Real Madrid y que, sin embargo, tras malgastar numerosas y clarísimas ocasiones de gol, terminó ganando de penalti (1-0), pidiendo la hora y encomendándose a Jan Oblak una vez más. Lo mejor (además de ganar al máximo rival), que prácticamente certifica su presencia en Champions League la próxima temporada, esencial para la viabilidad financiera de la entidad.
Victoria en el derbi del Atlético / ATM
Victoria en el derbi del Atlético / ATM

Comenzó dominantón el Atlético, queriendo imponer su tempo, impulsado por un ambiente realmente bonito en las gradas del Metroplolitano. 4-4-2 clásico de Diego Simeone, con salida relativamente cómoda de balón atrás y un Madrid melifluo y sin actitud para apretar a la zaga atlética.

Fruto de esa intensidad de los chicos del Cholo llegó la primera ocasión de gol (clarísima) al poco de iniciar, en el minuto tres y medio. Geoffrey Kondogbia arrebató una pelota en la frontal del área sobre la corona a Toni Kroos. Tras el robo, la cedió a Ángel Correa para que ajusticiara a Andriy Lunin (portero blanco en sustitución de Courtois), pero el rosarino la cruzó en exceso.

Estuvo realmente mal Correa durante toda la primera parte. Al punto, que Simeone decidió dejarlo en la caseta en el arranque del segundo entreacto y sacó en su lugar de inicio a Antoine Griezmann, que fue el mejor, pese a su incapacidad goleadora  en los segundos 45 minutos.

Antoine Griezmann / ATM
Antoine Griezmann / ATM

Solo tres minutos después, Yannick Carrasco (el más incisivo en el primer tramo) volvió a robar la pelota al Madrid, en este caso a un muy fallón Casemiro. Tras el hurto, el belga se fue perfecto en eslalon, pero a la hora de cobrar el primer tanto para los rojiblancos también la cruzó demasiado y el Atlético volvió a perdonar la vida a un equipo de Angelotti prácticamente sin opción de pasar el balón más allá de los límites del medio campo.

Orden clara de Simeone para que se presionara a la defensa. A todos menos a Vallejo, al que se flotaba obligándole a que fuera el canterano madridista el encargado de subir la bola. No fue capaz nunca de cumplir el cometido. Un Kroos con evidentes síntomas de estar fuera de forma no le ayudó tampoco en momento alguno. Vallejo cumplía en tareas defensivas, pero no le daba para más allá que de dar pelotazo a zona de nadie cuando tenía que asumir la conducción.

Nuevamente perdonó el Atlético al borde del minuto 30. Jugada combinativa entre Correa, Marcos Llorente y Matheus Cunha, pero el brasileño, cuando lo más fácil era colocar la pelota dentro del marco, la estrelló en las piernas de Nacho.

Llegados a este punto de clemencia y pusilanimidad del Atlético a la hora de marcar un gol y con el Madrid encerrado en su propia área, no eran pocos lo que comenzaron a formularse la siguiente pregunta: ¿no convendría que Luis Suárez estuviera presente, dado que el partido se estaba disputando en su zona, en la ‘zona Suárez’, en la que no tiene que esprintar, solo embocar…?

A todo esto, el árbitro Soto Grado había tenido tiempo ya en la primera media hora para disgustar a los dos equipos. De manera especial, al Atleti.

Primero, por no amonestar con amarilla clara a Savic, que cerró el paso de forma expeditiva y poco elegante sobre la rodilla de Nacho. A renglón seguido, no se atrevió incomprensiblemente a pitar un agarrón soez de Casemiro a Carrasco (por cierto, Carrasco hizo lo que le dio la gana en la banda izquierda durante la primera mitad). Ni Casemiro, ni Lucas Vázquez, ni Militao pudieron detener al extremo-carrilero atlético. Y como colofón, pasada la media hora, el penalti: pelota en profundidad que Llorente recupera y pone en tres cuartos de cancha a Cunha para que el brasileño se fuera en velocidad. Cuando se disponía a materializar, Vallejo desplazó claramente con su brazo al delantero, desequilibrándolo. Militao remató la faena atropellando por detrás .

Soto Grado hizo de Don Tancredo y no quiso enterarse de nada, ante una grada encendida. Por fortuna para el Atlético, el VAR tuvo a bien advertirle al árbitro que se estaba equivocando de manera grosera. Él pareció captar el mensaje reflexionar. Fue a verlo en el VAR y pitó lo que cualquiera, pena máxima. Carrasco se encargó de convertir (min. 32) el 1 -0.

Soto Grado hizo de Don Tancredo y no quiso enterarse de nada, ante una grada encendida. Por fortuna para el Atlético, el VAR tuvo a bien advertir al árbitro que se estaba equivocando de manera grosera. Él pareció captar el mensaje y reflexionar. Fue a verlo en el VAR y pitó lo que cualquiera hubiera hecho sin necesidad de vídeo arbitraje alguno, pena máxima. Carrasco se encargó de convertir (min. 32) el 1 -0.

Carrasco tras marcar el penalti / ATM
Carrasco tras marcar el penalti / ATM

Mención aparte para Geoffrey Kondogbia. El jugador de República Centroafricana es un bendito bicharraco. El mejor del partido con diferencia. Una suerte para el Atlético tener a un jugador de sus características en el estado de forma que posee actualmente. Estuvo inmenso y los rivales no pudieron hacer nada para evitarlo. Cerró bien atrás (pese a un fallo final), lo cortó todo en el medio, recuperó lo suyo y lo de los demás en tres cuartos e incluso llegó al área contraria. Un coloso. Con él en el actual estado físico, el Atleti juega con doce.

Segunda parte

En la segunda mitad el tono general empezó a virar. El Atlético ya no arrancó tan mandón y poco a poco empezó a regalarle el balón al Real Madrid. Y el Madrid con balón suele significar ocasiones de gol. El primer aviso lo formuló Casemiro a poco de emprender la segunda parte. Balón al borde del área que el centrocampista blanco remató flojo y desviado. 

Este aviso de los de Angelotti sirvió al menos para que espabilara el Atlético y comenzara de nuevo a mandar en el encuentro. Pero no solo eso, también propició seguir con la concatenación de oportunidades de gol nítidas perdidas. Toda una retahíla sin fin de fallos para no creer: 

Min 59, Carrasco completamente solo a la altura del punto de penalti para únicamente colocarla donde mejor le hubiera convenido. Decidió que le convenía en la escuadra izquierda. La mandó a la Luna.

Min. 62, Griezmann roba en mitad de cancha, hace un jugadón y la cede a Cunha para que pusiera a quemarropa de nuevo el segundo tanto a favor. Nada de nada tampoco. Cierto que Lunin atajó bien, pero no menos cierto que Cunha tiró flácido,con los ojos cerrados y al muñeco.

Min. 72, Griezmann se acomoda la pelota en el área chica para su pierna izquierda ante la pasividad de la defensa blanca. Intenta colocarla en la escuadra derecha, pero la echa fuera.

Min. 75, Griezmann la vuelve a echar fuera completamente solo y a pierna buena en el punto de penalti tras jugada individual de Carrasco.

Min. 76, Cunha envía el balón en profundidad a Carrasco, que se mete solo en el área mano a mano con Luni. El belga cruza y la envía al palo.

El Cholo Simeone resoplaba, miraba al cielo y suplicaba clemencia y ayuda a lo más alto, incapaz de creer lo que estaba viendo. Para entonces, con al menos un poquito (muy poquito) más de puntería, el Atleti podría ir ganando ya por al menos cinco goles de diferencia.

A esas alturas de partido se repetían tres constantes: (1) el Atlético insistía en perdonar, perdonar y perdonar; (2) el público se echaba las manos a la cabeza una y otra y otra y otra vez; y (3) el Real Madrid empezó a pensar que, visto que le ofrecía la yugular al Atleti y los rojiblancos no hacían otra cosa que ascos a morder la aorta, tal vez convendría marcar un gol y empatar el partido.

Angelotti decidió así las cosas sacar el último cuarto de hora a la artillería pesada (salvo a Benzemá) para meterle el miedo en el cuerpo a los de Simeone. Y a fe que lo logró, con el agravante para el Atlético de que su mejor defensa a día de hoy, Reinildo, se tuvo que retirar lesionado en ese último tramo de encuentro.

Valverde en dos ocasiones (minutos 72 y 84) y Asensio en una (minuto 87) tuvieron las más claras en sendos zapatazos, que forzaron a Jan Oblak a hacer tres paradones salvadores. De los suyos, de los que dan tres puntos. El árbitro alargó cinco minutos y el Atlético, que pudo haber ganado, fácilmente, 6 – 0, terminó desesperado, pidiendo la hora, aculado en tablas, arrinconado en su propia área y venciendo, finalmente, por 1- 0, de penalti.

Lo mejor, que logró los tres puntos y con ellos prácticamente certifica su presencia en Champions la temporada que viene. Con nueve puntos aún por disputarse, el Atlético le saca seis al Betis (más el gol average a favor, serían siete).

El Atlético doblega al Real Madrid y casi asegura su presencia en Champions