Si desde la dirección ejecutiva del Atlético de Madrid se ha podido intentar en las últimas horas apagar el incendio desencadenado en el seno de parte de la masa social rojiblanca con las informaciones de una hipotética llegada de Cristiano Ronaldo al Atlético, esta pasada noche Cristiano parece que no tenía nada mejor que hacer que acudir con un cubo de gasolina para echar en el corazón mismo de ese fuego, las redes sociales.
En una de las cuentas de Instagram dedicadas al delantero portugués se publicó la imagen de la pancarta de Burgo de Osma, acompañada de una foto del delantero portugués. Hasta aquí nada novedoso ni significativo, si no hubiera sido porque el propio Cristiano Ronaldo reaccionó con tres emoticonos de risa a esa publicación.
Traslada así Cristiano un mensaje bastante notorio: carcajadas. Eso es lo que piensa de las reacciones de una parte de la afición atlética. Sin entrar en consideraciones acerca de si es poco o muy representativa esa parte de la afición, resulta cuando menos poco cortés (si no falto de tacto e incluso educación) que un futbolista se ría de lo que piensa la afición en general, más aún, de lo que opina la que pudiera ser 'tu afición', en particular.
No son pocas las ocasiones en las que tanto la prensa como los aficionados se cuestionan acerca del mundo en el deben de vivir buena parte de las estrellas del deporte. De manera singular en Europa (por la trascendencia del deporte rey), las del fútbol, más pendientes de los gestos y los mensajes en redes sociales que de la verdadera realidad social en la que habitan.