Miguel Ángel Gil Marín, CEO del club Atlético de Madrid ha intervenido en el encuentro Summit LIGA MX 2022, una serie de entrevistas a personajes destacados del mundo del fútbol. El exjugador mexicano del Atleti, Luis García, ha sido el encargado de exprimir la ocasión preguntando al dueño del Atleti sobre varias cuestiones de actualidad del equipo rojiblanco como el funcionamiento del área de fichajes, su relación con Simeone, la afición o la historia reciente del club. Y hay muchos titulares interesantes.
Sobre el asunto de los fichajes, el que más preocupa ahora mismo a los aficionados, Gil ha explicado cómo se deciden en el club.
Hay que tener una buena red de scaut que cuelga de Andrea [Berta]. Yo les meto en la cabeza siempre que no hay que traer buenos futbolistas por que sí, sino que hay que analizar las necesidades. El paso siguiente es ver qué hay en el mercado en relación con nuestras necesidades. Luego qué podemos hacer con nuestro presupuesto, qué podemos permitirnos adquirir dentro de lo que necesitamos y hay en el mercado. Cuando tenemos identificados dos, tres o cuatro nombres en cada posición ya viene la parte de la intuición y el conocimiento.
La intuición es, al final, la clave, porque "traer un futbolista es como abrir un melón. No sabes como va a saber", ni como va a ser la relación con los compañeros, la comida española, la manera de vivir en Madrid... La parte de "conocimiento" la fundamenta en la amplia red de contactos que ha hecho a lo largo de todos estos años.
Pero aquí da otra clave importante. No lo dice como una crítica a Simeone pero se acerca.
Hay que pensar cómo va a ser su proceso de adaptación, no solo a la ciudad sino a la manera de entender el fútbol y el juego de Diego, que tampoco es muy sencillo. Quemamos bastantes jugadores también precisamente por esto último.
Más adelante, avanzada la conversación, Gil ha puesto un ejemplo, el del mexicano Héctor Herrera.
Tengo la sensación de que no hemos tenido la capacidad de sacar todo el rendimiento que le podíamos haber sacado porque por lo que sea Diego no le ha dado los minutos que yo creo que el jugador debería haber tenido.
Eso sí, reconoce que no es fácil dar la oportunidad a un recién llegado cuando tienes una base de jugadores, pero insiste, "Héctor nos podía haber dado un poco más si le hubiéramos dado mas posibilidades”
Su relación con el entrenador del Atleti dio más de sí. La base de su confianza es "no mentir e intentar ayudarse le uno al otro". Una alianza que ha sido de provecho para ambos.
Ha sido una bendición para los dos el juntarnos en este camino. Cuando nos juntamos al principio no tenia el nivel de relevancia ni de conocimientos ni el rendimiento que ha dado luego. El Atlético también necesitaba estabilidad y juntos la hemos encontrado.
En esa relación es fundamental la presencia de Andrea Berta, el director deportivo. Esa figura intermedia, reconoce Gil, evita conflictos con Simeone.
Berta hace de puente entre los dos y hacemos un triangulo que es un circulo virtuoso. La figura de Andrea es para mí esencial para evitar ese desgaste diario que tendríamos sin duda Diego y yo. Él ayuda a que esta relación funcione. Llevamos 10 años y no ha habido un mes que no hayamos comido juntos al menos una vez.
Entre los tres resuelven los problemas del día a día. Simeone le traslada los problemas del vestuario, Andrea Berta se ocupa de una parte de los problemas y Gil y Simeone de otros, "y a los tres nos interesa lo mismo, tenemos las mismas metas y ambiciones y el mismo camino, y así es todo mas sencillo. No prevalecen los intereses particulares, prevalece el interés del club."
Gil Marín también ha explicado las razones del milagro Atleti, que ha permitido crecer al club desde la segunda división a la que cayó, hasta la actualidad en la que es uno de los mejores equipos de Europa.
Aquí Gil reconoce el papel importante que jugaron para el Atleti, durante un tiempo, los llamados TPO (Third Party Ownership), es decir, inversores o intermediarios que adquieren derechos sobre jugadores por futuras ventas, y que se convirtieron en un problema para los clubes por su excesivo control y abusos sobre las decisiones de esos clubes. Ahora están prohibidos por la UEFA pero el CEO del Atleti admite que le vinieron bien al equipo para crecer, aunque a costa de hacer muy ricos a algunos de esos intermediarios.
En 2004 empezamos a reconstruir el club, que estaba dañado por el proceso judicial. Fue complejo durante 4 o 5 años, hasta la temporada 09/10, y gracias a los TPO en la que los terceros podían formar parte de los derechos económicos de los futbolistas. Hicimos ganar mucho dinero a mucha gente pero también nos permitió competir.
A nadie se le escapa que uno de esos terceros fue Jorge Mendes. Gil ciñe esa política hasta 2010 pero en 2011 se fichó a Falcao en unas condiciones parecidas con el resultado conocido de que tuvo que marcharse sólo dos años después, condicionado por su contrato.
A partir de ahí Gil pone a Simeone y los títulos como principal base del actual crecimiento.
En la 2009/10 llega el primer título. Luego llegó Simeone, donde se inició una década maravillosa donde hemos ido reconstruyendo una marca y construyendo un palmarés deportivo.
Gil Marín añade otro factor a la ecuación: “Sin una masa social relevante e importante detrás de nosotros hubiera sido imposible el crecimiento.”
Así pues, todos estos son los factores que, según el consejero delegado del Atleti, han permitido el crecimiento de la institución. Primero el club se apoyó en la inversión de terceros en jugadores. "Hoy el 100% de jugadores son propiedad del Atlético de Madrid, pero en aquella época era necesario", matiza. A partir de esta inversión llegó el rendimiento deportivo. "Eso da estabilidad y eso te da la posibilidad de crecer" . Luego es cuestión de hacer las cosas bien y si el reto coincide con la estabilización del sector, como ha pasado con la Liga española, el resultado se ve y no sólo en España, ha explicado.
Recuerda Gil que el Atleti ya es una marca global, con acuerdos con TATA en India, Wanda en China, las franquicias en México y Canadá... Además se ha fomentado la Academia, no sólo con la parte de Alto Rendimiento sino con la parte de formación, lo que hace que se genere un entramado de familias que se vinculan al club. Y a todo esto hay que sumar la distribución de la señal de la Liga por todo el mundo. "Todo ello genera que el Atlético se haya posicionado." La entrada de capital norteamericano, ha hecho que la valoración del club suba a 1200 millones de euros y "eso muestra que la marca ha crecido mucho".
Preguntado por la cantera del club y cómo se gestiona un numeroso grupo de chavales con talento, Gil apuesta por dejar que maduren los procesos de formación de los chavales a su ritmo, pero el problema, dice, viene cuando se acercan agentes y clubes grandes "y te los quieren quitar" y entonces solo queda competir con dinero, lo que modifica y adelanta (en ocasiones demasiado) su proceso de crecimiento. Por eso es partidario de que no se puedan tocar jugadores hasta los 18.
Gil ha defendido que la historia y tradición rojiblancas son "una obsesión nuestra" y que tratan de "buscar ese punto de equilibrio entre la eficacia y los valores". Como ejemplo de ese respeto a los valores y tradición del club menciona el nombre del estadio (Metropolitano), el de la Avenida Luis Aragones, su escultura (una idea que partió de la afición), el paseo de Leyendas o el oso y el madroño. Y aquí tuvo un guiño con la afición.
Debo decir que es la mejor afición del mundo pero por mi condición de atlético es que lo siento de verdad. Somos una familia de fútbol distinta.
Por eso siente orgullo y responsabilidad a partes iguales. "No puedo defraudar, debo dar un rendimiento y ser eficaz a nivel deportivo y económico pero no puedo obviar a la afición." Es sí, no ha habido ninguna mención a la polémica camiseta o al escudo nuevo, que tanto disgusta a una parte de los socios.
Sobre la inversión en México, donde el Atleti tiene la franquicia Atlético San Luis, el dirigente rojiblanco ha reconocido que pudieron salir de México el año pasado hartos de cómo funciona allí el mundo del fútbol, pero que aún tiene una mínima confianza en que se puede cambiar el modelo realizando inversión en infraestructuras que den seguridad contra la violencia y mejores experiencias para los aficionados.
