Nada más finalizar el encuentro entre el Atlético de Madrid y el Sevilla FC, José María Giménez fue entrevistado a pie de campo por Movistar Plus, que tiene los derechos. A preguntas de Ricardo Sierra, el central rojiblanco primero respiró, intentó contenerse, pero finalmente explotó y declaró gran parte de lo que intentaba morderse:
"Claramente no era el resultado que buscábamos, y menos con nuestra gente. El Sevilla quería empatar, pero no solo el Sevilla quería empatar".
Tras realizar esta declaración mientras miraba al cambo, del que acaba de salir el árbitro murciano José María Sánchez Martínez (desafortunado en parte de sus decisiones), Giménez volvió a respirar hondo e intentó nuevamente contenerse, pero siguió:
"Ojalá que el año que viene, la temporada que viene, así como a nosotros nos dan charlas, hayan charlas con los demás, porque realmente hay cosas que no se entienden. Mucho no puedo hablar, porque si no luego me pasa lo que me pasa. Siempre respeto a todos los trabajadores de este deporte, pero hay cosas que son inaguantables. Ojalá que el año que viene todo sea diferente, ojalá que no haya miedo a equivocarse".
Ricardo Sierra le pidió entonces que nombrara el destinatarios o los destinatarios de esos mensajes. Giménez ahí ya sí se pudo contener, se mordió del todo la lengua -sabedor de que si continuaba le podría caer una sanción descomunal por parte de los órganos federativos- y terminó la entrevista con un, "no lo digo por nadie". Fin.
No hace falta echar muy atrás la memoria para comprender el hartazgo del central uruguayo y de gran parte de la afición atlética. No solo por cuenta del primer equipo masculino del Atlético, también el Femenino ha tenido que sufrir las consecuencias de decisiones cuando menos polémicas. Sin mencionar ya diálogos entre Rubi y Geri.
Queda por ver ahora si a Josema Giménez le sancionarán por lo que dijo. No es nada descartable. La tiranía suele exponer su contundencia por menos de eso.
