martes. 23.04.2024

Simeone está contento

Diego Pablo Simeone sonríe. Se le ve contento. Está al tanto de todos los micro seísmos que desde que arrancara el verano están haciendo vibrar la superficie cutánea de la plantilla del Atlético de Madrid. Sin embargo, el 'Cholo' empieza a sentir la satisfacción de que existen motivos reales para creer en que el Atleti puede estar donde a él le gusta, compitiendo por todo este año de nuevo. 
Simeone sonría durante el entrenamiento de ayer / Foto: ATM
Simeone sonría durante el entrenamiento de ayer / Foto: ATM

Diego Simeone es un creyente. Un creyente fervoroso. Un creyente de sí mismo. Un creyente del trabajo, la profesionalidad y la competitividad permanentes. Un creyente que, seguramente sin desearlo él, ha conformado una religión llamada 'cholismo' en la que únicamente existen dos preceptos: "Si se trabaja y se cree, se puede"; junto a, "Partido a partido".

Y solo en esos dos ejes básicos se desempeña el 'Cholo'. Aunque parezca simple, en realidad resulta complicado atenerse a ellos. Por eso a los jugadores nuevos les cuesta tanto asentarse en los esquemas del reino cholista y en los veteranos genera un desgaste notable (físico y mental). 

Es un territorio en el que el talento por sí solo sucumbe ante lo táctico, pero donde tampoco arraiga la mera cuadrícula sin destreza. Se han de combinar ambas esferas. Se ha de creer en ellas en cada partido y trabajar sobre ellas sin el más mínimo atisbo de desaliento. .

Pero cuando todo eso sucede, "se puede" y el Cholo "se pone muy contento" (otra de las expresiones habituales del técnico argentino). Traducción: las piezas están encajando como a él le gusta y, en consecuencia, existen motivos reales para creer en que el Atleti puede estar donde a él le gusta, compitiendo por todo este año de nuevo, Liga, Copa y Champions.

Simeone sonríe. Se le ve contento. Claro que no es un necio. Él mejor que nadie conoce absolutamente todo lo que se escurre por las rendijas de un club tan complejo y pasional como el Atlético de Madrid. Está al tanto de todos los micro seísmos que desde que arrancara el verano están haciendo vibrar la superficie cutánea de la plantilla del Atléti, pero aún así está contento.

No baja la guardia ni se quita nunca el cuchillo de entre los dientes (si lo hiciera no sería el Cholo, claro), porque su experiencia en la casa rojiblanca le recuerda también "de a poquito" que en el Atleti cualquier cosa es posible. Seguramente forma parte también de este club tan peculiar, tan especial, tan de creyentes.

Pero, aún con todo, Simeone se siente feliz porque observa razones para él poderosas que justifican su presente estado de ánimo.

MOTIVOS

No es solo ya que el equipo esté ganando los últimos partidos y que haya arrancado con un ilusionante primer encuentro ante el Getafe. Siendo lo único importante siempre ganar (o al menos no perder), lo que siente el técnico rojiblanco es que las cosas se están haciendo mayoritariamente como a él le gustan y como él las diseña. Con los altibajos comunes al Atlético y las consecuencias de una época en la que casi todos los equipos españoles están financieramente en los huesos, cierto, pero a su gusto, a su medida.

Para comenzar, y esto es algo que Simeone se ha encargado de subrayar de manera especial -lo hizo en las ruedas de prensa previa y posterior al Getafe-, este año no le han privado de algo que él estima básico, una pretemporada sin tener que embarcarse en giras americanas ni asiáticas. El vigor con que toda la plantilla ha arrancado LaLiga explica la insistencia del argentino en este pilar construido entre el Cerro del Espino y Los Ángeles de San Rafael.

Le sigue que la directiva ha podido satisfacer sus tres principales demandas: el anhelado lateral derecho (Nahuel Molina), un remedo de algo que se pueda parecer a uno de los jugadores que más añora el Cholo, Tiago Mendes (lo ha encontrado en Axel Witsel); y que se respete la permanencia del bloque, incluyendo a los jugadores definitorios en la plantilla, sin vender a ninguno de ellos. Así, se renovó a Jan Oblak, se ejecutó la opción sobre Antoine Griezmann y no se vendió a Joao Félix. Además, tampoco se le ha privado de otros igualmente decisivos -como Llorente, Giménez, Koke se daba siempre por supuesto o apuestas de futuro (como podría ser Cunha).

¿Que su plenitud hubiera sido alcanzada si le hubieran traído al añorado por él Lautaro Martínez? Correcto, pero los Reyes Magos nunca traen todo lo que se pide en la carta. Y pocos técnicos como Simeone saben poner en práctica hacer de la necesidad virtud.

A continuación, el retorno de las ovejas descarriadas, Álvaro Morata y Saúl Ñíguez. Más allá de que Morata esté marcando goles, lo que más interesa a Simeone aquí es que ambos han aceptado las normas que él impone. No por soberbia, sino porque él considera que es lo que conviene al conjunto y para Simeone es innegociable que colectivo está a años luz de  distancia de lo individual.  El caso de Saúl, además, resulta especial, porque más que el regreso de una oveja descarriada, es el del hijo pródigo (pocos pueden sentir al Atlético como lo siente Saúl).

Un elemento más: parece que Joao Félix ha asumido el liderazgo del equipo y está germinando por fin la semilla que el Atlético decidió sembrar en 2019.  

Para concluir este cúmulo de factores que ponen muy contento a Simeone, él sabe perfectamente que esta temporada no ha hecho más que comenzar, pero lo fundamental pasa por los mimbres que observa en el equipo como consecuencia de todo lo anterior que se acaba de detallar. Luego, como también suele subrayar el Cholo, "el campo decide, la cancha manda", pero se está manteniendo la puerta a cero y se está siendo resolutivos en el área rival. Establecido eso..., quedan los imponderables y la fortuna (Simeone es muy supersticioso). Imponderables que pueden a veces salir cruz (lesiones o rachas de sequía goleadora), pero en ocasiones también sorprenden con una cara (quién podía imaginar que Morata sería a día de hoy uno de los mejores artilleros de Europa, dure lo que dure su racha).

No se oculta que aún existen elementos francamente mejorables. De manera fundamental, la seguridad derivada de los centros laterales. Pero, aún con todo, Simeone está feliz. Y lo está porque ve nuevamente que el Atlético no es favorito a nada, pero sí candidato a todo. Y eso al Cholo "lo pone muy contento".

Simeone está contento