jueves. 25.04.2024
De Bruyne marca el primer gol ante el Madrid / Foto: ManCity
De Bruyne marca el primer gol ante el Madrid / Foto: ManCity

Dos eliminatorias completamente distintas y un mismo resultado en la práctica. El Manchester City se trae a Madrid una escasa ventaja de un solo gol, la misma con la que se enfrentó en la vuelta de cuartos al Atlético de Madrid. La diferencia es que el Manchester City pudo ser el equipo de siempre en su casa, porque el Real Madrid fue inoperante tanto a la hora de controlar el balón como de defender, aunque volvió a ser contundente arriba en las tres opciones que tuvo ante Ederson. Si Simeone casi consiguió traerse un empate sin goles a Madrid tras colapsar las vías de ataque del equipo inglés, los blancos se salvaron hoy de una goleada histórica porque los atacantes de Guardiola no aprovecharon las numerosas vías de agua que dejó la defensa madridista.

El Manchester City fue un vendaval en el inicio del encuentro. Marcó en el primer minuto y en el 10 (De Bruyne y Gabriel Jesús). Era la respuesta del City al planteamiento aparentemente ofensivo que había sacado al campo Ancelotti, con un 4-3-3 con Vinicius, Benzemá y Rodrygo arriba. Con dos goles abajo y más oportunidades claras falladas por Mahrez, muchos recordaban las críticas al planteamiento defensivo de Simeone en Manchester que le permitió sobrevivir con la puerta a cero hasta casi el final del partido.

Esta vez iba a ser diferente. Con el Madrid mejor asentado en el campo Benzemá se encontró con un pase lejano al área que empujó a portería pese a la oposición del defensa. Nadie daba crédito a pesar de que el Madrid ya ha demostrado esta temporada que no puede quedar sin rematar.

En la segunda parte el dominio del City fue aún mayor ante un Real Madrid abierto, ineficaz en la presión y que dejó espacios libres como túneles de una madriguera para De Bruyne, Silva o Foden. En la defensa, un Militao desastroso y un Alaba superado abrían opciones de remate que el Manchester se empeñaba en perdonar hasta el tercer gol, obra de Foden en el 52.

Pero el Madrid volvió a levantarse, no por juego sino por una jugada individual de Vinicius, que dejó atrás a Fernandinho, improvisado lateral, incapaz de pararle. Vinicius acabó la larga carrera marcando un gol de bella factura. Se abrió entonces un correcalles, un intercambio de golpes sin control en el que el Madrid amenazaba por convulsiones que arrancaban en Modric y terminaban en Vinicius o Benzemá.

Fue un espejismo porque el City volvió a hacerse con el control completo del partido, con el Real Madrid metido atrás pero incapaz de tapar los agujeros que provocaba la constante movilidad de los jugadores del City. Así llegó una clara oportunidad de Laporte, otra de Mahrez clarísima y el gol de Bernardo Silva en el 73. Con el 4-2 el City volvía a tener la eliminatoria en su sitio pero seguía perdonando.

Y si el Madrid parecía muerto llegó el penalti por mano de Laporte, una acción involuntaria que los madridistas reclamaron tanto como negaban la pena máxima de Militao en Sevilla la temporada pasada, que fue exactamente igual. Benzemá, a lo panenka, volvió a marcar y de paso espantó el fantasma de sus dos últimos penaltis fallados. Con el 4-3, El City volvió a tener la oportunidad de poner distancia en el marcador pero noacertó con la portería. Llegará al Bernabéu con la misma ventaja de un gol que se trajo contra el Atlético de Madrid. 

El Manchester City deja vivo a un Real Madrid inferior pero con pegada