martes. 23.04.2024

El tipo duro, la leyenda, el pistolero, el criminal, el de los mordiscos. El Luis Suárez goleador que ha sido terror de las defensas de la Liga española tantos años, se quebró la noche del domingo en el Estadio Metropolitano. Lágrimas sinceras de agradecimiento y mucho más. Porque Luis llegó a Madrid en septiembre de 2020 empujado desde Barcelona por la puerta de atrás. Sin un reconocimiento a su altura. Se fue porque era caro, ya no rendía, demasiadas lesiones, esa rodilla, no compensa... Eso se decía en Barcelona. 

Pero en Madrid no había dudas. Que qué le parecería tener al uruguayo, le preguntó Gil Marín a Simeone. Pues qué le iba a parecer. Se pusieron manos a la obra, el propio Simeone le llamó, y aquí encontró la confianza que necesitaba. Y la ha devuelto en los 82 partidos que ha disputado con la casaca rojiblanca, en los que ha marcado 34 goles y ha dado 6 asistencias. Pero no son sólo los números. Hay un intangible detrás de su presencia en este equipo. Marcó goles decisivos, en su zona, "la zona Suárez", pero su influencia iba más allá. Había un ganador en el equipo. Sin medias tintas.

Por eso sus lágrimas. En parte por el cariño recibido y por el orgullo de haber estado a la altura del reto. En parte porque le hubiera gustado que esto hubiera ocurrido en el Camp Nou. Pero claro, esto es el Atleti, y esto hace diferente al Atleti. Luis lo intuía, ahora lo sabe. Siempre fue del Atleti desde que el club lo pretendiera allá cuando jugaba en el Liverpool y todos viéramos que su carácter le caía como un guante al equipo. Ya era del Atleti aunque no lo supiera. Ahora lo lleva en el corazón para siempre como así ha dicho en su despedida ante la afición.

Agradecer a uno por uno a todos los hinchas del Atlético, uno por uno a toda la gente del staff y la gente que trabaja al día a día acá, que es impresionante el cariño que me brindaron desde que llegué y eso jamas me voy a olvidar. A los compañeros por abrirme la puerta en un momento complicado, así que lo que tenía que hacer era intentar devolvérselo dentro de la cancha. Me entregué al 200% a un club que me abrió la puerta... Aparte de haber conseguido una liga el año pasado que lamentablemente no pude disfrutarlo con la gente, me llevaré el cariño que me brindan en la calle día a día. Es impresionante, de eso jamás me voy a olvidar. Tanto yo como mi familia siempre estaremos agradecidos y allá donde estemos siempre habrá un hincha más del Atlético porque lo llevaremos en el corazón. ¡Aupa Atleti y mucha fuerza!

No fue la única despedida. Sin tanto renombre el mexicano Héctor Herrera se marcha con el cariño y el agradecimiento de la afición. Desde su llegada en julio de 2019 ha jugado 78 partidos oficiales, ha marcado un gol y ha dado 4 asistencias. No ha tenido toda la participación que se esperaba de un jugador de su indiscutible calidad pero ha dejado algo importante. Siempre estuvo ahí cuando se le ha necesitado. En la campaña en la que ganamos la Liga y en ésta. Incluso con su fichaje por Houston ya anunciado, el mexicano dio muestras de su clase en algunos de los mejores partidos que se le han visto de rojiblanco. Frente al Sevilla tuvo sus últimos minutos y su despedida, en la que mostró, con los ojos llorosos de la emoción, todo el agradecimiento a la grada.

Sólo palabras de agradecimiento. El haber estado aquí ha sido un sueño para mí. Ha sido un placer ser parte de este equipo con grandes jugadores, grandes personas, de esta gran afición que siempre me recibio muy bien. Gracias a todos por el apoyo. ¡Aúpa Atleti!

El descanso fue el momento de otra despedida. Las capitanas del Atleti femenino, Amanda Sampedro, Laia Aleixandri y Silvia Meseguer ya habían recibido el cariño de los seguidores en el estadio de Alcalá en el que disputan sus encuentros pero faltaba el reconocimiento de toda la afición atlética.  Tras ellas fue el turno de una celebración, la de los títulos de Liga del Atleti B y del Juvenil A. Fue una ocasión para aplaudir a la cantera y también a un ídolo, el entrenador del Juvenil, Fernando Torres, que volvió a pisar el césped del Metropolitano, ahora como entrenador.

Lágrimas en el adiós de Luis Suárez y Héctor Herrera