No da descanso el intenso tramo de la temporada que se disputa entre el parón de selecciones y el Mundial. No hay tiempo para saborear la victoria ante el Sevilla o para celebrar los 554 partidos de Koke en el Atlético de Madrid. El equipo rojiblanco activó el modo Champions League desde su regreso de Sevilla el domingo. Este lunes, tras el entrenamiento previsto esta mañana, parte la expedición rojiblanca a Bélgica con la obligación de ganar al Brujas en el Jan Breydel Stadion, el martes a las 21 horas.
EL ATLÉTICO, OBLIGADO A GANAR AL BRUJAS
El Atleti no lo tiene fácil en Europa tras haber caído derrotado en Leverkusen. Son tres puntos en dos jornadas que obligan a vencer al sorprendente líder del grupo si el Atleti no quiere meterse en serios problemas. Se le consideraba la cenicienta pero el Brujas es líder tras golear 0-4 al Oporto en Portugal. El equipo belga está cuajando un inicio de UEFA Champions League espectacular. El Atleti tendrá dos oportunidades consecutivas para devolverle al lugar que se le preveía, este martes en Bélgica y el miércoles siguiente, día 12, en Madrid.
JUTGLÀ, EL PELIGRO DEL BRUJAS
Al Brujas no le va tan bien en la Liga belga. Aunque este fin de semana derrotó al KV Mechelen en casa por 3 goles a 0, sigue tercero a cinco puntos del Amberes FC. Aún así, el Atlético debe prestar especial atención a su delantero centro, el canterano del Espanyol Ferran Jutglà, que lleva 7 goles en 13 partidos esta temporada, el último en esta última jornada.
Por fortuna para Simeone, el Atlético ha recuperado a sus dos defensas centrales titulares, Savic y Giménez que, como se ha demostrado frente al Sevilla, permiten al resto del equipo jugar con más seguridad y confianza. En la línea defensiva sólo consta la baja de Felipe por una lesión muscular en su mulso derecho, que se produjo en el último entrenamiento antes del partido del Sánchez Pizjuán.
El rumano Kovacs, será el encargado de dirigir el Brujas-Atlético. Este colegiado ya arbitró en la pasada temporada el Manchester City- Atlético de Madrid, un partido en el que no tuvo que enfrentarse a jugadas polémicas.