jueves. 28.03.2024
Molina, en una acción del partido / Foto: ATM
Molina, en una acción del partido / Foto: ATM

Era una tarde de sol y siesta en Barcelona pero lo que se vio en el Camp Nou fue un vendaval, una tormenta eléctrica de fútbol y ocasiones. Atlético de Madrid y Barcelona no se intercambiaron libros y rosas, precisamente, intercambiaron golpes, los suficientes como para haber acabado el partido con un resultado abultado en goles pero indeterminado sobre el vencedor, porque ambos equipos las tuvieron de todos los colores. El Barça acertó con una y se llevó la victoria en un partido que bien habría merecido un empate.

Fue un partido jugado de tú a tú. El Barcelona hizo valer su seguridad defensiva ante un Atlético que apretó en la presión y no eludió el cuerpo a cuerpo a la hora de disputar el balón en el centro o de intercambiar contras a tumba abierta en un partido vertiginoso donde la falta de acierto ante la portería de los rojiblancos puso fin a la racha de 13 partidos invictos. El Barcelona se acerca al título y el Atlético dice adiós al mismo, si es que tenía alguna opción.

EL ATLÉTICO GOLPEA PRIMERO

La primera parte arrancó con un balón al larguero de Griezmann y se cerró con un gol de Ferrán Torres que no hizo justicia a lo visto sobre el campo. Entre ambas jugadas, Atlético y Barça ofrecieron un gran espectáculo en el que el Atleti fue todo intensidad y orden, sin renunciar a jugar al toque en el centro del campo siempre buscando la verticalidad.

De esa presión, en ocasiones alta, nació la primera ocasión, nada más arrancar el partido. Lemar se comió literalmente a Busquets en cuanto recibió su primer balón. Se lo robó y fue Correa quien acertó a dar un pase en profundidad a Griezmann, que vio adelantado a Ter Stegen y disparó por alto al travesaño. El Atlético acababa de presentar sus credenciales.

El francés volvió a ser el jugador que más peligro llevó al área blaugrana, con llegadas en profundidad o disparando a la media vuelta un balón de Carrasco que Ter Stegen repelió en una formidable intervención. Pero también fue el primero en defender y sacar balones del área propia cuando era el Barcelona el que llegaba al área rojiblanca. De Paul, muy activo tanto en defensa como en ataque, se convertía en el lanzador de las contras que tenían a Carrasco como principal objetivo.

Lewandosky, Ferrán y Rafinha dieron la réplica por el lado barcelonista. En el 16' el polaco y Ferrán Torres, en una doble ocasión pudieron abrir el marcador. Lo hicieron un minuto antes de acabar el primer tiempo. Le llegó un balón largo a Rafinha, que se libró del control de Hermoso, y cedió sobre Ferrán Torres al centro del área para rematar a gol bajo las piernas de Giménez.

 

VENDAVAL DE OCASIONES EN UN PARTIDO DE IDA Y VUELTA

Arrancó la segunda parte muy eléctrica, con constantes ocasiones en ambas áreas. Nada más empezar, de Lewandosky y Lemar, de Ferrán y Carrasco. Y el partido no cambiaría esos derroteros hasta el final. Con el partido quizás demasiado rápido para Witsel, Simeone dio entrada a Pablo Barrios en el centro, y a Morata por Correa, a quien Araújo no dejó disfrutar en el campo. Xavi apostó por Pedri y Eric.

Imposible relatar en un artículo el número de ocasiones, algunas muy claras, de las que dispusieron ambos equipos. El partido ya era un ida y vuelta con poco control en el centro del campo. Gavi también pudo marcar el segundo,  De Paul el empate a continuación en una ocasión clarísima en la que sin oposición la manda fuera.

Morata se convirtió en referencia de los balones largos que enviaron Molina o Carrasco, pero el Barça también las tuvo a la contra, especialmente una de Lewandosky que, teniendo a Raphina solo, la mandó fuera.

UNAS MANOS DE BUSQUETS PUDIERON CAMBIAR EL RESULTADO

Todo pudo cambiar en el 91'. Con el partido casi acabado, un golpeo de cabeza de Giménez recorrió el brazo elevado de Busquets. Manos claras de esas que son como los pimientos de Padrón, que unas veces pi(t)an y otras no. Pues no. Con esa jugada se fue el partido y volaron las opciones del Atlético de sacar al menos un punto del Camp Nou que pusiera en La Liga algo del picante del carecieron esas manos.

El estadio del Barcelona continúa siendo un fortín inexpugnable para el Cholo Simeone. La última vez que ganó en el Camp Nou fue el 5 de febrero de 2006, cuando se impuso por 1-3, con dos goles de Torres. Desde entonces, 23 partidos entre todas las competiciones, 15 derrotas y ocho empates.

El Atlético no acierta con la portería y allana el camino al título del Barça