sábado. 20.04.2024
Griezmann en un entrenamiento / Foto: ATM
Griezmann en un entrenamiento / Foto: ATM

Todos los aficionados colchoneros fuimos unos enamorados de Antoine Griezmann. Desde su llegada en 2014, el atacante francés demostró tener un idilio con el gol y fue capaz de ganarse rápidamente el cariño de la parroquia rojiblanca gracias a su esfuerzo y buen hacer dentro del terreno de juego. Solamente le hizo falta una temporada para convertirse en la estrella del equipo y, de la mano de Diego Pablo Simeone, en una de las grandes estrellas mundiales, llegando a ser candidato al Balón de Oro en dos ocasiones.

Sin embargo, tras anotar 133 goles en 5 temporadas y ganar 3 títulos (Supercopa de España, Europa League y Supercopa de Europa) además de alzarse como campeón del mundo con Francia en 2018,AntoineGriezmann se marchó al FC Barcelona (previo pago de su cláusula de 120 millones más un extra de otros 15 millones) dejando un mal sabor de boca en el club rojiblanco y ser visto como un desagradecido hacia un club que le había convertido en un jugador de talla mundial.

Tras dos años como azulgrana, donde la afición nunca aceptó su fichaje y su rendimiento se consideró muy alejado de lo que se esperaba de un fichaje que había llegado al club como uno de los mejores jugadores del mundo, se empezó a especular con un posible regreso al conjunto rojiblanco, y así fue. El último día del pasado mercado de fichajes de verano, se oficializaba el regreso de Antoine Griezmann al Atlético de Madrid tras ser una petición expresa de Simeone y conseguir la salida del equipo de Saúl rumbo al Chelsea.

La fórmula elegida fue una cesión de 2 años con una opción de compra de 40 millones de euros a pagar en 2023. En caso de que el jugador francés juegue un mínimo de 45 minutos de la mitad de los partidos, la cesión se volvería obligatoria, al igual que ocurrirá con la opción de compra. Y esta fórmula plantea la siguiente duda: ¿Debe el Atlético de Madrid firmar a Griezmann de manera definitiva?

Es evidente que esta temporada ha estado muy alejada de lo que se esperaba de él, incluso ha estado alejada de las temporadas que jugó en el FC Barcelona y por las que fue muy citicado. Hasta el momento, Antoine Griezmann ha jugado 36 partidos y ha anotado 8 goles. Y, aunque aún quedan 3 partidos de liga, el francés ya supera los 30 años. Es decir, su físico cada vez irá a peor y tendrá más problemas para mantenerse en el XI inicial del equipo. Sin embargo, existe otra opción, su reconversión dentro del campo. Si su olfato goleador ya no es el mismo que en otras temporadas, Griezmann puede empezar a ocupar otras posiciones donde le exijan menos goles, pero si más compromiso defensivo, por ejemplo, como extremo o como interior en un 4-3-3. Incluso puede seguir ocupando esa posición de segunda punta donde siempre ha dado un alto rendimiento y donde podría seguir aportando asistencias al equipo (lleva 5 esta temporada)

Es evidente que el jugador seguirá, por contrato y por ser del gusto de Simeone, pero todos los ojos estarán puestos en cómo se desenvuelve la próxima temporada. Su rendimiento determinará si se activa la cláusula de compra que existe en el acuerdo entre Atlético de Madrid y FC Barcelona.

El dilema de Antoine Griezmann