Primer test serio de pretemporada y primera victoria seria. En el Manchester United ya saben que si juegan contra el Atlético de Madrid de Simeone, pierden. Esta vez no necesitó el equipo una camiseta mareante, con la negra también juegan y ganan, por mucho que el Manchester se hiciera dueño del balón y mostrara un punto físico bastante superior, consecuencia de haber iniciado antes la pretemporada.
Simeone tiene las cosas claras a estas alturas tras contar con toda la plantilla desde el inicio de la campaña. Sólo ha realizado tres cambios respecto al once que empezó el partido ante el Numancia en Burgo de Osma. Con Oblak indiscutible, la defensa se mantuvo con Savic, Giménez, Reinildo y con Molina en lugar de Wass, debutando con apenas entrenamientos. Es, sin duda, la defensa titular de la temporada.Su prioridad era un lateral derecho y Nahuel Molina ha entrado directo en el primer once.
En el medio, Kondogbia de enlace, con Llorente y Lemar a su lado. Simeone ha mantenido a Lemar, de los mejores ante el Numancia, de los más grises en Oslo, pero ha cambiado a De Paul por Llorente. El tercer cambio llegó en la delantera donde Cunha ha acompañado a Correa en lugar de Morata.
El Atleti tardó cinco minutos en darse cuenta de que el ritmo del Manchester United era claramente superior. Dos contras de los diablos rojos pudieron abrir el marcador nada más comenzar el partido. Poco a poco el Atleti fue ordenando líneas para defenderse del Manchester, que sometía a una agobiante presión alta la salida del balón por los zagueros rojiblancos.
En esa salida hubo demasiados balones a ninguna parte y muchas pérdidas de balón por jugadores que no encontraban compañero a quién ceder la pelota cuando se veían presionados. Le pasó a Kondogbia, a Llorente, a Lemar y a Reinildo en dos ocasiones. Aún así, el Atleti aguantó por fases y hasta tuvo un par de ocasiones para adelantarse. En el 14' Correa mandó a las nubes una ocasión clara tras un córner. Lemar también la tuvo a pase de Llorente en una contra pero el balón le quedó atrás. Kondogbia cerró la primera parte con un cabezazo que se fue alto en saque de esquina botado por Carrasco, el único que en algún momento fue capaz de algún desborde.
Nahuel Molina no ha tardado en entender como se juega en el Atleti. El jugador argentino, sin apenas entrenamientos, fue capaz de frenar a Rushford, en ocasiones, eso sí, con las ayudas de Llorente, que hizo un buen partido en la recuperación, y hasta Correa.
La segunda parte arrancó eléctrica pero esta vez el Atleti también participaba de la presión, también robaba balones y lanzaba las contras. Sigiuó dominando el United pero la sensación de agobio había desaparecido. En el minuto 58 Simeone cambió a casi todos los jugadores salvo Oblak, Reinildo y Savic. Witsel nuevamente jugó de central por las bajas en defensa. El Atleti no perdió la cara al partido ni se observó descoordinación alguna. Hay dos onces y los dos saben perfectamente cómo posicionarse.
En ataque pronto se vio que Joao Félix y Griezmann se buscan y que Morata aún sigue en fuera de juego. Pero fue Joao Félix el que, según avanzaron los minutos, evidenció que si alguien rompía el partido sería él. Primero participando en una veloz jugada de ataque al primer toque, luego mandando un balón envenenado al área pequeña que Saúl no acertó a dirigir a portería. Y finalmente, minuto 83, encontrando el gol con un disparo desde fuera del área tras superar a un rival.
No lo llevaron bien algunos jugadores del Manchester, que vieron cómo otra vez perdían con el Atleti. Fred se buscó la segunda con una patada doble a Morata. Ya en la primera parte McTominay agredió a Oblak saltando con el codo en su cara fuera de toda opción de jugar el balón. Para Ten Hag era una prueba importante.
Finalizado el encuentro los gestos hablaron. Morata serio, cabreado. Joao, feliz. Cogió la pelota y la mando a las nubes con una sonrisa. Está de vuelta.
