sábado. 20.04.2024

La mano que pudo cambiar el partido y el VAR no pitó

Una jugada en el minuto 20 de la primera parte pudo haber cambiado un partido de escasa producción ofensiva. Una clara mano dentro del área del Bayer Leverkusen fue ignorada por el árbitro y revisada a favor del equipo alemán por el VAR. Sólo una semana antes sí se consideró penalti una mano muy similar del Atlético ante el Oporto.
Dos manos idénticas, dos decisiones diferentes / Captura TV
Dos manos idénticas, dos decisiones diferentes / Captura TV

El colegiado del encuentro, Michael Oliver, no vio o no consideró penalti la clara mano de Edmond Tapsoba a los 20 minutos. El balón le golpea en el brazo en un envío al área de Nahuel Molina que no alcanza a despejar con la pierna. En un movimiento instintivo alarga el brazo junto a la pierna tocando la pelota al borde del área pequeña. El VAR, tras una revisión de un par de minutos, no lo consideró punible.

A HERMOSO SÍ LE PITARON LA MANO ANTE EL OPORTO

Una acción muy similar sí se consideró penalti en el Metropolitano en el encuentro que enfrentó al Atlético y al Oporto. En los minutos finales del partido con el marcador 1-0 a favor del Atleti, Hermoso también hizo un gesto involuntario hacia el balón llegando a haber un contacto claro. Nadie protestó un penalti claro, más allá del gesto de desesperación del propio Hermoso. El VAR ratificó la decisión.

QUÉ DICE EL REGLAMENTO SOBRE LOS PENALTIS POR MANOS

La comparación de ambas situaciones resulta sorprendente y hace preguntarse por qué, sea en Liga, sea en Champions, todas las decisiones de este tipo que tienen algún margen de interpretación, por mínimo que sea, acaba siendo pitado en contra de los intereses del Atlético. Porque la norma parece bastante clara:

El reglamento explica que será mano cuando "se posicionen de manera antinatural y consigan que el cuerpo ocupe más espacio". "Se considerará que un jugador ha conseguido que su cuerpo ocupe más espacio de manera antinatural cuando la posición de su mano o brazo no sea consecuencia del movimiento de su cuerpo en esa acción concreta o no se pueda justificar por dicho movimiento. Al colocar su mano o brazo en dicha posición, el jugador se arriesga a que el balón golpee esa parte de su cuerpo y esto suponga una infracción".

Considerar esa jugada un movimiento natural reduce notablemente la posibilidad de cometer penalti, convierte en absurda la generalizada posición de los brazos atrás que practican a diario los defensas y rompe con toda la práctica arbitral de los últimos años. O al menos, la de las últimas semanas a la vista de la decisión sobre el penalti de Hermoso.

La mano que pudo cambiar el partido y el VAR no pitó