No se llevaban ni 20 minutos jugados de la primera parte y la sensación que daba el Atleti-Mallorca es que 'el vasco' Javier Aguirre sabía perfectamente cómo plantearle al Atlético de Madrid uno de esos partidos que se te hacen bola, donde se comienza a masticar y a masticar, pero eres incapaz de deglutir.
La estrategia le hubiera resultado al técnico mexicano absolutamente inoperante si Álvaro Morata hubiera acertado a embocar al comienzo del encuentro un brillante centro lateral al punto de penalti colocado por Pablo Barrios. Pero el '9' rojiblanco -que tuvo, pese a marrar esta oportunidad, un buen partido-, no le tuvo demasiada fe a que el joven canterano la pusiera en modo mariscal de campo veterano, así que le faltaron esas décimas de segundo para anticipar bien. Tuvo siempre una estupenda actuación Barrios, dicho sea de paso.
Agotada esa oportunidad, el Atleti dominaba y lo intentaba, pero sin que el Mallorca sufriera lo más mínimo. Y con esa percepción de que los de Simeone eran los dueños de un partido, pero de un partido en el que se estaba jugando a lo que quería Aguirre, los jugadores del 'Cholo' se tuvieron que marchar al vestuario pasados los primeros 45 minutos. Daba fe de la veracidad de este sentimiento el resultado de tiros a puerta: cero en toda la primera parte, tanto por parte del Atlético de Madrid como del Mallorca.
GOLAZO, PESE AL CANSANCIO
Cuando al Atlético se le cierran los espacios y todo se le vuelven callejones sin salida en la frontal del área, normalmente se suele encomendar al tipo que parece poseer todas las llaves maestras para abrir las puertas bloqueadas, Antoine Griezmann.
El problema era que el 'Principito' tuvo que sufrir la brillante ocurrencia del seleccionador nacional de Francia, Didier Dechamps, que hizo jugar todos los minutos a Griezmann en el doble encuentro de selecciones, incluidos 96 minutos del 14-0 entre Francia y Gibraltar.
Conclusión, a Grizi se le notaba fatigado, cansado, falto de esa chispa necesaria para encontar los pases capaces de penetrar en el bosque de piernas que era el área del Mallorca.
Por tal razón, no tuvo el mejor de sus partidos con la rojiblanca Griezmann y, aún con todo, se bastó y se sobró para, con un cabezazo de antología, desfacer el entuerto en que Aguirre casi mete al Atlético, dejar los tres puntos y el triunfo en el Metropolitano y erigirse, una noche más, en el 'MVP' del choque.
Nota al pie: si la medida de besos que suele dar Grezmann a sus los hijos y su esposa hay que sacarla de la intensidad con que el francés se besa el escudo del Atleti cuando marca..., la familia Griezmann-Choperena puede estar más que tranquila, este chico es todo amor.