miércoles. 08.05.2024
ATLÉTICO MADRID 5 - 1 CÁDIZ

Qué feliz es la vie en rose para el Atleti...

El Atlético de Madrid vencía 5-1 al Cádiz este miércoles en el Metropolitano. Consumó con ello la remontada y arrebató al Real Madrid la segunda posición en la tabla clasificatoria de LaLiga. Por fin le pitaron a favor el primer penalti al Atleti. Y, al margen de todas esas consideraciones, se volvió a ver a un Atlético pletórico de buen fútbol competitivo, goleador y firme en defensa, con Antoine Griezmann dando una nueva lección de magia.
Antoine Griezmann celebra uno de sus dos goles / Foto: ATM
Antoine Griezmann celebra uno de sus dos goles / Foto: ATM

Hace apenas cuatro meses, apostar por una victoria clara del Atlético de Madrid constituía una inversión de alto riesgo. Desde el regreso del Mundial de Qatar, sin embargo, no es sólo que el Atleti gane y juegue de maravilla al fútbol, lo que más feliz hace seguramente a la afición rojiblanca es el convencimiento de que el equipo de Simeone va a marcar. La seguridad que transmite en el campo se traslada a la grada: habrá goles a favor y se ganará el partido.

Esa felicidad se completa con la percepción de que el 'unocerismo' ha desaparecido como sinónimo de ansiedad, deviniendo en presentimiento de que los del 'Cholo', tras anotar el primero, no se detienen ni se aculan en las inmediaciones de Jan Oblak (o Grbic) especulando con el resultado. Tampoco se regalan ya las primeras partes de los partidos. Ahora el equipo sale al césped a morder arriba al rival. Después de marcar el primero se busca el segundo y después del segundo el tercero; y lo más parecido a un repliegue no es otra cosa que la celada más tradicional del Atlético histórico de Luis Aragonés (robar y contragolpe eléctrico).

Si antes existía bula absoluta para maltratar la pelota y pegar gorrazos a tierra de nadie, en los últimos cuatro meses se mima el balón por parte de todos los rojiblancos, raseando en forma vertiginosa y al primer toque, con una suerte de electricidad combinativa disfrutona, que ha convertido al Atlético en el mejor equipo de LaLiga.

Todo ese estado de felicidad comienza y termina en un solo jugador. Un generador de fútbol de quilates. Uno de los mejores peloteros de toda la historia del Atleti, Antoine Griezmann. El francés crea vida entorno suyo, propicia un ecosistema a su alrededor en el que todo lo que hace tiene sentido. 

Frente al Cádiz se representó una vez más esa realidad. En dos latigazos cuando no se habían consumido ni los primeros 25 minutos de partido, Griezmann ya había dejado claro que con él sobre el campo, el Metropolitano no se iba a arrepentir de haberse acercado al estadio, por más que la insensatez (e insensibilidad) de quienes fijan los horarios de los partidos hubieran decidido el de este miércoles a las 22:00h, en un día laboral entresemana (la peor entrada de la temporada, poco más de 40.000 espectadores). 

SIMEONE

Pero, Antoine Griezmann no volvió a demostrar por sí solo que este Atlético es una máquina de ganar. No sólo él ha asaltado el único cielo posible este año, la segunda plaza arrebatada al Real Madrid. Si Griezmann hace su magia es porque el resto de sus compañeros sintonizan con la misma onda harmónica. Y ese equilibrio proporcionado lo ha compuesto Diego Simeone.

Si cuando este Atlético tocó fondo en la primera vuelta del campeonato (tiró de manera insultante LaLiga, Europa y Copa a las primeras de cambio) se culpó de forma legítima de ello al 'Cholo', convendría también señalar al técnico argentino como causante de la evolución del equipo, comenzando por su fe sin condicionantes en Griezmann.

Al finalizar el encuentro, Simeone declaró que él nunca perdió  la confianza en sus jugadores, "mientras que otros sí lo hicieron". 

En todo caso, lo fundamental no pasa por el hecho siempre importante de que el Atlético anotara este miércoles 5-1 al Cádiz -marcaron además del doblete de Griezmann, Morata, Nahuel y Carrasco del único penalti pitado en Liga a favor de los rojiblancos-, ni tampoco por estar segundo en la tabla clasificatoria (conviene también recordar que el Atleti no competirá por título alguno este año). Lo esencial aquí son las constantes vitales de fútbol grande y las prestaciones futbolísticas de esta plantilla: ilusionantes, fantasiosas, competitivas, generadoras de orgullo de equipo. Ganadoras al fin.

Qué feliz es la vie en rose para el Atleti...