domingo. 28.04.2024

El Atleti se mete en semifinales de Copa gracias a los aciertos del 'Cholo' y el VAR

Ya está en semifinales de Copa del Rey el Atlético de Madrid, tras vencer al Sevilla FC en una eliminatoria insípida, que los rojiblancos pareció que se tomaron como un partido más en Liga y no como el torneo del 'KO'. Simeone arriesgó muchísimo en los cambios y, como casi siempre, acertó para bien. El triunfo llegó con un gol de Memphis -desde el banquillo- y un penalti anulado por el VAR en los últimos segundos del descuento.
Los jugadores celebran la victoria / Foto: ATM
Los jugadores celebran la victoria / Foto: ATM

60.000 espectadores asistieron al Metropolitano para convertir el estadio rojiblanco en una caldera desde antes de que arrancara el partido. Incluso hubo recibimiento masivo al  autobús rojiblanco por miles de hinchas en los accesos del campo.

Pero comenzó el encuentro y los jugadores del Atlético de Madrid no parecían en absoluto imbuidos del aliento que su gente inyectó, como corresponde a una eliminatoria de Copa del Rey que daba el paso a semifinales. Antes al contrario, lo que se veía era la repetición de uno de esos muchos partidos de Liga observados con anterioridad en los que el Atleti 'regala' la primera parte.

Hasta el minuto 25 no llegaron por vez primera con cierto peligro los rojiblancos al área de un Sevilla FC, que dominaba el tempo del partido, aunque su anemia esta temporada hacía que la aparente abulia atlética no metiera en problemas a Jan Oblak.

Cualquier aficionado del Atlético que hubiera visto las otras tres eliminatorias -especialmente las del Athletic, Barça y Mallorca- y la intensidad que emanaba del césped, echaría en falta con sana envidia poder observar el mismo picante en el Metropolitano por parte de los suyos. Eso, por no mencionar el recuerdo hace justo una semana de lo vivido en el cruce de octavos contra el Real Madrid.

No es que el Atlético estuviera jugando mal, simplemente lo hacía como si creyera que tarde o temprano la debilidad del Sevilla terminaría por entregarles el partido sin mayores esfuerzos, creencia que suele ser peligrosa, arriesgada, temeraria. Prueba de ello es que a Simeone se lo llevaban todos los demonios en la banda.

Sólo Rodrigo de Paul y Koke -espléndidos los dos todo el encuentro- parecían con el punto propio de adrenalina y ritmo que demanda el torneo del 'KO'.

Para colmo, Antoine Griezmann falló un penalti hecho a Nahuel Molina, enviando el palón al primer anfiteatro, tras resbalar justo en el instante en que golpeaba la pelota.

EL OJO DEL 'CHOLO'

La segunda mitad comenzó con parecidos mimbres. La 'cholina' del vestuario espabiló un poco más a los jugadores rojiblancos, pero Simeone lo tuvo claro y en seguida pensó que tenía que zarandear el árbol. Así el partido se dirigía peligrosamente a donde lo quiso llevar Quique Flores desde el inicio: mantener el 0-0 hasta el último tramo e intentar que la flauta sonara en alguna pelota parada, la criptonita para el Atleti desde hace un año.

Así que Simeone decidió cortar por lo sano. Y vaya si lo hizo... Sacó del campo a Nahuel Molina y Saúl Ñíguez (un partido más, inédito) y metió a Pablo Barrios y Marcos Llorente. Ambos comenzaron a poner más equilibrio en la medular y gasolina en el carril derecho, respectivamente, lo que generó que por fin comenzaran a aparecer con algo de veneno Álvaro Morata y Griezmann.

Pero..., ¡oh, sorpresa...!, justo cuando la delantera titular -y goleadora del Atleti- comenzaba poco a poco a carburar, el 'Cholo' dejó a todo el mundo ojiplático, con la boca abierta, mandando al banquillo a Morata y a Griezmann de una tacada, con más de media hora todavía por delante y el 0-0 en el luminoso. En su lugar, colocó a Ángel Correa y a Mempis Depay.

Y, ¿qué sucedió? Pues, que diez minutos después Correa recibe en largo una pelota de Llorente, la conduce hasta la línea de fondo, 'ratonea' a su manera haciéndole un '7' a Marcao (el central del Sevilla) y la coloca -con caño incluido a Sergio Ramos- para que Depay aparezca a un metro de la línea de gol y la emboque dentro.

¿Suerte? ¿Conocimiento? Simeone respondería a buen seguro a esa pregunta con la ironía habitual cuando se la formulan en las ruedas de prensa: "Suerte, desde luego...", mientras esboza una media sonrisa maliciosa.

Quedaban todavía 15 minutos por disputarse y, pese a que Ramos casi empata a puerta vacía (la echó inexplicablemente por encima del larguero, a medio metro de la línea de gol), Oblak siguió sin tener que realizar parada salvadora alguna. 

Bastaba con seguir dejando pasar los minutos. El Sevilla carecía de la pólvora necesaria para hacer daño. Pero, cuando restaba un solo minuto para el pitido final, Barrios se enredó en una jugada absurda, que lo llevó a conducir el balón desde casi el medio campo hasta su propia área. Perdió la pelota y derribó a Lamela. El árbitro Gil Manzano pitó penalti sin dudarlo.

Lo cierto es que el Metropolitano enmudeció y a casi todo el mundo le pareció pena máxima. Ni siquiera los jugadores rojiblancos lo protestaron demasiado.

Pero el hombre del momento, el inefable árbitro de VAR Hernández Hernández, llamó por el pinganillo a Gil Manzano para advertirle de que no era penalti. Barrios había despejado limpiamente la pelota. El colegiado fue a revisarlo, hizo caso al VAR, anuló el penalti, la afición rojiblanca suspiró y el Atlético pasó a semifinales.

El Atleti se mete en semifinales de Copa gracias a los aciertos del 'Cholo' y el VAR