Noche fría. Martes laboral. Metropolitano con tres cuartos de entrada (muy honrosa en esas circunstancias). Partido loco. Final desalentador.
El Atlético de Madrid se presentaba en su estadio dispuesto a continuar la racha de 20 partidos en casa seguidos con victoria. Y hasta el minuto 87 todo apuntaba a que se iba a lograr la 21. Los rojiblancos ganaban con solvencia por 3-1, después de un golazo de Griezmann (con jugada y asistencia de 'Roro' Riquelme), golazo de Morata (con jugadón y centro de Marcos Llorente) y penalti de VAR a favor (tras agresión a Mario Hermoso por parte de Damián Suárez).
Pero, de repente la felicidad se vino a bajo para el Atleti. Todo el mundo pensaba ya en dejar de terminar correr el reloj y centrarse en el partido del sábado ante el Sevilla FC (partido recuperado) y, sin embargo, el empuje imparable de Greenwood y la efectividad de Mayoral para el Getafe, con la inestimable colaboración del infortunio (Munuera Montero sentenció con un penalti de VAR tras rozar la pelota en rechace la mano de Riquelme) provocaron que los azulones empataran el encuentro, con nueve minutazos aún de descuento por delante para jugar.
Esos nueve minutos de alargue parecieron para el Atlético casi media hora. Con los diez jugadores rojiblancos agotados, el Getafe asedió la portería de Oblak, que evitó con dos paradones que el resultado final hubiera sido aún peor.
Achicaba y achicaba balones el Atleti, y casi asistió con un suspiro al final del encuentro.
LA EXPULSIÓN QUE MARCÓ EL PARTIDO
El árbitro Munuera Montero no se andó con chuquitas con Stefan Savic. En su primera falta (dura, cierto, pero de discutible amarilla) amonestó por vez primera al montenegrino. Minutos después el central atlético comete el error de enzarzase en una pujna inútil, merece (esta vez sí) la amarilla y, a la calle, expulsado. Más de una hora por delante que jugarse y su equipo con uno menos. Mal el árbitro, pero peor Savic. Un jugador de las horas de vuelo que tiene el montenegrino no puede permitirse dejar a los suyos 'cojos' casi todo el encuentro.
Savic se lo tiene que hacer mirar. Y, desde luego, Simeone debería hablar con el jugador.
