viernes. 26.04.2024
ATLÉTICO DE MADRID 0 - 0 BRUJAS

El Atlético hace todo para ganar, pero empata y ya solo le vale ganar

El Atlético de Madrid jugó este miércoles su mejor partido de toda la presente Champions League. Tuvo muchas ocasiones de gol para vencer claramente al Brujas. Sin embargo, la falta de puntería, la mala fortuna y un magnífico Simon Mignoret evitaron el triunfo y coloca a los rojiblancos al borde del precipicio final en Champions. Joao Félix se quedó sin jugar ni un solo minuto y escenificó ante las cámaras un cada vez más imposible de disimular desencuentro con Simeone. Tampoco se sumó a sus compañeros para agradecer al público el apoyo recibido.
Griezmann remata una de las numerosas ocasiones del gol del Atlético / Foto: ATM
Griezmann remata una de las numerosas ocasiones del gol del Atlético / Foto: ATM

Con seguridad, el Atlético de Madrid jugó este miércoles, con mucho, su mejor partido en Champions League esta campaña. Posiblemente también uno de los mejores en el conjunto de competiciones. Como sentenció Jan Oblak al finalizar el encuentro en el micrófono de Movistar, este Atleti "hizo todo para ganar, pero solo logramos empatar".

El once titular que dispuso Diego Simeone sobre el césped sorprendió por completo. Nadie esperaba la primera suplencia de la temporada de Axel Witsel, el jugador que más equilibrio aporta a los rojiblancos. Y sin embargo el 'Cholo' dispuso que se quedara en la banqueta. 

Tampoco era esperable una punta de ataque conformada por Antoine Griezmann y Ángel Correa. No porque no lo merecieran -que lo merecían claramente, a tenor de lo mostrado en los últimos dos encuentros-, sino porque el francés parece que aporta más al conjunto colocado como mediapunta o incluso de centrocampista.

A esas dos sorpresas se unió una tercera, la de Thomas Lemar ejerciendo de cerebro del equipo junto a Koke, y Kondogbia guardándoles las espaldas. El galo llevaba varias semanas sin jugar por lesión y tal vez se pudiera pensar que la falta de ritmo de competición le pasaría factura en un enfrentamiento como el del Brujas, en el que el Atlético debía ganar o ganar, so pena de verse como se ve en estos momentos: agarrado con una sola mano a una frágil ramita en un precipicio y teniendo que vencer los dos encuentros que le quedan (Leverkusen y Porto), o quedará eliminado de Champions League en la fase de grupos, con el descomunal golpe financiero y deportivo que supondría.

No obstante, Simeone volvió a demostrar que nadie mejor que él conoce a su equipo. Es su trabajo, a fin de cuentas. La apuesta se demostró no solo alentadora, sino muy positiva, con un Atleti desplegando un fútbol observado muy poco este año en el Metropolitano.

El equipo presionaba muy arriba en bloque, robaba balones y le usurpó la pelota al Brujas -el manejo del balón es seña de identidad en los belgas-, con un bagaje ciertamente definitorio para los estándares habituales de los rojiblancos: 63% de posesión para el Atlético frente al 37% del Brujas, al término de la primera mitad.

Como consecuencia de todo ello, las ocasiones llegaron, de manera singular de las botas de Griezmann, nuevamente el mejor del Atlético en todo el partido. Y, si bien es cierto que la primera clara la dispusieron los belgas al poco de arrancar la disputa (minuto 9), la realidad es que la mayor parte de las veces fue el Atleti quien atosigó el arco del portero Simon Mignolet, el mejor de los suyos y del partido. 

EL SUSTO DE MUERTE

Cuando mejor estaba jugando el conjunto rojiblanco, llegó el gran susto, penalti a favor del Brujas. El árbitro neerlandés Danny Makkelie le devolvió el alma al cuerpo a los casi 60.000 hinchas rojiblancos que estaban en la grada -unos 2.000 eran belgas- cuando rectificó su decisión de pitar penalti a favor del Brujas por una falta de Nahuel Molina.

Estábamos casi en el minuto 40 y solo el VAR hizo que lo que se aventuraba una pesadilla para el Atleti se transformara en falta a favor de los del 'Cholo' y amarilla para el objeto de la pena máxima, el delantero Buchanan (rapidísimo y mucha calidad, este chico apunta a grandes cosas). 

La revisión del VAR, en efecto, demostró que antes de la falta de Nahuel a Buchanan, el atacante de nacionalidad canadiense clavó los tacos en el tobillo del argentino. Seguramente, la amarilla fue del todo excesiva, puesto que, si bien la pena máxima era justamente anulada, la entrada al tobillo de Nahuel se demostró del todo fortuíta. 

SIN GOL

La segunda mitad arrancó aún con mejor fútbol todavía por parte del Atlético de Madrid. Fue una versión que llevaba meses sin aparecer, la versión que le dio La Liga hace año y medio. La de un Atleti en modo asfixiante, sin permitir casi al Brujas salir de su propia área. Quitándole todos los balones -Geoffrey Kondogbia, pletórico abarca toda la media parcela y Koke jugando, seguramente, su mejor partido esta temporada- y encajonando a los belgas cada vez más atrás. 

Ocasión clara de Griezmann, ocasión clara de Correa, dos goles anulados -justamente, por fuera de juego-. ocasión de Cunha (salió en un triple cambio, junto a De Paul y Carrasco en el minuto 60), ocasión de Morata (Mignonet evitó el gol con la cara), etc, etc... Y así hasta 13 oportunidades claras o muy claras de gol para el Atlético. 

Pero el casillero seguía 0-0. Y así finalizó, pese a que el Brujas se quedó con diez jugadores por auto expulsión absurda de Kamal Sowah, cuando aún restaban 20 minutos por jugarse. Hiciera lo que hiciera, todos los disparos a gol del Atlético finalizaban fuera o estrellados en cualquier parte del cuerpo de Mignonet. Y, claro, puede resultar una obviedad futil, pero tan real como el resultado final: sin gol, imposible vencer. 

JOAO FÉLIX

Cinco partidos lleva Joao Félix sentado en el banquillo. Los últimos cuatro solo ha disputado los minutos finales. Frente al Brujas ha sido mucho peor. El portugués estuvo calentando media hora en la banda del Metropolitano, viendo desde ahí cómo siempre eran otros compañeros quienes entraban al verde.

Al final, cuando restaban solo diez minutos y los rojiblancos, a la heróica, mantenían al Brujas resistiendo, todos volcados sobre el área del Brujas para intentar lograr al menos un gol que diera mucha vida al Atleti en Champions, Simeone decidió que en lugar de Joao convenía más al equipo meter a Witsel.

El portugués tiró el peto al suelo delante del técnico y ante la mirada del capitán, Koke, se sentó en el banquillo, escupió y, para concluir, fue el único miembro de la plantilla que, tras el pitido final, no se sumó al resto de compañeros para devolver con un aplaúso al público todo el apoyo incondiciona que había ofrecido los 95 minutos que duró el encuentro. Todo, con las cámaras de televisión enfocándolo.

Ojalá no suceda y esta situación se reconduzca, pero cada vez el escenario que se intuye entre Joao Félix y Simeone es el de un barril de pólvora a punto de explotar. 

El Atlético hace todo para ganar, pero empata y ya solo le vale ganar