lunes. 29.04.2024
ATLÉTICO MADRID 3 - 1 GIRONA

Cabeza en Dortmund, cuerpo y mono de trabajo en el Metropolitano

Victoria trabajada y con oficio del Atlético de Madrid frente a un Girona digno merecedor de poder jugar Champions League la próxima temporada. Al Atleti se le notó que tenía la cabeza totalmente puesta en la cita de Dortmund del martes, hasta que se dio cuenta de que lo primero es lo primero: garantizar plaza de máxima competición el año que viene. Se puso el mono de faena y logró remontar y, a la postre, ganar con solvencia.
Todos abrazan el golazo de Griezmann / Foto: ATM
Todos abrazan el golazo de Griezmann / Foto: ATM

Salió el Atlético de Madrid con una suerte de unidad 'B' a medias, no muy diferente de la unidad 'A' que, supuestamente, se deberá jugar la vuelta de Champions League y el pase a la semifinal el martes en el Westfalen Stadium ante el el Borussia Dortmund.

Aún con todo, a la formación de Simeone, por más compuesta que estuviera de algunos de los teóricamente 'no titulares', se le notó ya de inicio que la cabeza no la tenía puesta en la máxima cholista del partido a partido. Pensaba en Champions, tanto en la resaca del primer asalto del pasado miércoles, como en el segundo combate que espera en Alemania.

En semejantes condiciones, ante el equipo revelación de LaLiga -uno de los que mejor fútbol desarrolla-, el Girona CF, lo lógico es que sucediera lo que terminó sucediendo nada más echar a rodar la pelota. Los de Michel dominaron todas las facetas del juego: posesión, disputas individuales, desmarques, combinaciones y, como consecuencia de ello, también el marcador. 

El 0-1 se instaló en el luminoso mediada la primera parte. Comenzó a instaurarse la sensación en la grada y también sobre el césped de que, de acuerdo, estaba fenomenal pensar en Champions cuando se está a un partido de colarse en semifinales de la máxima competición -muy pocos lo hubieran dado por hecho hace unos meses-, pero resultaba que, si no se vencía este encuentro frente al Girona, lo que se ponía en serio riesgo era tan importante como esa posibilidad de semifinal, clasificarse para la Champions League de la temporada que viene.

MONO DE TRABAJO

De modo que el Atleti comenzó a dejar la mente en Dortmund, pero el cuerpo en el Metropolitano -nuevamente, más de 62.000 espectadores, a las 14:00h-. Un cuerpo en el que Simeone llamó a rebato y a ponerse el mono de trabajo.

Supo mostrarse entonces el Atleti como un equipo que encaja los golpes y se repone, nuevamente ayudado por el buen fútbol de Antoine Griezmann -cualquier mínima opción de seguir vivo el Atleti en Champions pasa necesariamente por el regreso del mejor Grizzi-.

Al poco de colocarse por delante en el marcador el Girona y seguir proponiendo un fútbol que apuntaba al 0-2, los rojiblancos sin embargo aprovecharon una falta al borde del carril del '8'. La botó Rodrigo de Paul, la cabeceó al segundo palo Mario Hermoso y el defensa del Girona, Arnau, palmeteó la bola de forma tan evidente y baloncestística como inexplicable. Penalti que nadie pudo protestar. No hizo falta ni VAR. Griezmann anotó desde los once metros -13 goles ya en Liga- y, a partir de ahí, comenzó otro partido.

NUEVO ENCUENTRO

En el último tramo de la primera mitad se lesionó Saúl Ñíguez y salió en su lugar Álvaro Morata. No llevaba ni cinco minutos en el campo y peleó una pelota perdida que se iba de fondo. La salvó, se la cambió de la derecha a la zurda, levantó la cabeza y vio a Ángel Correa haciéndose el 'sueco' a la altura del punto de penalti, rodeado de centrales más corpulentos que él.

Pero nuevamente Morata tuvo fe. Esta vez, fe en Correa. Le lanzó un centro y..., voilà, golazo de cabeza, picando abajo y clavando el reflujo en la escuadra. Estadio puesto en pie y remontada conseguida, con la que el equipo se fue muy aliviado al vestuario.

Al regreso del descanso se consumó el ejercicio de oficio y trabajo honesto desarrollado por el Atlético. El 3-1 definitivo no tardó demasiado en aparecer. Otro golazo en su ejecución. Nuevamente De Paúl metió un balón a la zona de peligro, la defensa gironina desvió mal y el rechace lo cazó en gesto de ballet Griezmann para descerrajar un chutazo a bocajarro que casi revienta el larguero por dentro y terminó en la red.

Partido cerrado al que, aunque aún le restaba media hora por delante todavía, prácticamente ambos contendientes entendieron que ya nada cambiaría. Nada cambió. Así se llegó hasta el final y, ahora ya sí, sólo queda pensar en Dortmund.

Cabeza en Dortmund, cuerpo y mono de trabajo en el Metropolitano