Los organizadores del enfrentamiento de pretemporada entre Atlético de Madrid y Real Sociedad lo titularon, 'LaLiga Summer Tour'. Visto el desarrollo del choque, el nombre se antoja bastante acertado.
En efecto, dos equipos de LaLiga que se conocen al dedillo, muy igualados en nivel competitivo -tercero y cuarto la pasada campaña-, dos grandes entrenadores que defienden un fútbol con tanta personalidad como ellos mismos; y dos escuadras muy trabajadas, que se despliegan de memoria sobre el terreno de juego.
Luego resta lo de 'Summer Tour'. Igualmente acertada la elección. Por más que los protagonistas intentaron exponer intenciones y llevarse el encuentro con honestidad, la realidad se impuso y lo observado se terminó convirtiendo casi desde el inicio en una pachanga probatoria de verano.
Jugaron hasta 46 efectivos en el Estadio BBVA de Monterrey, con dos onces diferentes tanto en Atlético como en la Real en la primera y la segunda partes, más algún cambio añadido, como fue el caso del uruguayo del Atleti, Santiago Mouriño. De hecho, (excepción lógica del tercer portero, Antonio Gomis), Simeone dio oportunidades a todos los que están realizando esta gira de verano. Bueno..., a todos no. Joao Félix nuevamente ni siquiera entró en la convocatoria.
Por último, queda la parte de 'Tour' en el título del partido. Igualmente tan apropiado como consecuente con lo sucedido, un tour imposible.
Hace tres días el Atlético ofrecía una muy buena versión en su victoria ante el Manchester City. Ocurre que, en 48 horas tener que trasladarse a otro continente, con un vuelo de 14 horas, jet lag, una diferencia horaria de 15 horas entre Seúl y Monterrey, casi 30 grados de temperatura y humedad alta a la hora del partido con un césped muy seco y en mal estado son demasiados elementos en contra como para evitar lo que se evidenció en todo instante: que el Atlético de Madrid estaba comprensiblemente agotado. Los chicos del 'Cholo' le pusieron toda la intención y las ganas, pero no hubo opción.
Hay que aplaudir su profesionalidad y, como admitió la previa durante la rueda de prensa el propio Simeone, asumir que las necesidades financieras de expansión internacional de los equipos de primer nivel como el Atleti obligan a realizar este tipo de giras veraniegas.
ELEMENTOS POSITIVOS
Al margen de la citada profesionalidad de los jugadores rojiblancos, también convendría quedarse con otros componentes positivos del partido. El primero de ellos posiblemente sea que este Atlético ilusiona con su juego. A la competitividad y rigor táctico de siempre, ha llegado -parece que para quedarse- el fútbol vertical de primer toque y trato elegante de pelota.
En esta atractiva versión inaugurada ya en el segundo tramo de la pasada campaña, lo segundo destacable es que el 'Cholo' ha conseguido dos logros: que el equipo juegue de memoria y que todos los efectivos estén enchufados.
Incluso los que parten con desventaja, como Rodrigo Riquelme, salen con el hambre precisa para reivindicarse. El canterano entró de inicio y, aunque nuevamente Simeone lo hizo jugar de carrilero derecho, 'Roro' cumplió con solvencia atrás y dejó las gotas de calidad que se le conocen hacia adelante. Riquelme no sólo tiene nivel más que de sobra para jugar en este Atlético de Madrid, es que el Atlético mejora siempre con Riquelme.
Antoine Griezmann continuó siendo el tipo de la chistera que hace brillar al Atleti. A poco de inicio, se sacó de ella un fantasioso pase en largo para dejar a Álvaro Morata solo mano a mano con el portero de la Real, pero el delantero colchonero la marró.
Si la teórica unidad 'A' supo a once casi titular -salvo algunos ajustes que faltan, como Nahuel o tal vez Reinildo, Giménez y Marcos Llorente-, la versión 'B' que saltó de arranque en la segunda mitad se mostró con las mismas buenas hechuras.
En la línea que está marcando, por ejemplo, Samuel Lino (tuvo en el último minuto la oportunidad de marcar de cabeza, pero hizo un paradón Unai Marrero). Incisivo Marcos Llorente. Inteligente Ángel Correa. Firme Söyünçü. Vertical y pundoroso Javi Galán. Solvente Azpilicueta. O muy participativo y peligroso Memphis Depay, pese a que suya, seguramente, será la imagen del partido: el árbitro regaló un penalti al Atlético en las postrimerías del encuentro y Memphis se la quiso 'clavar' a Marrero a lo Panenka. El guardameta txuriurdín se quedó quieto y, en consecuencia, Depay tambien se quedó..., pero con cara de, 'tierra, trágame'.
