domingo. 28.04.2024
ATLÉTICO MADRID 1 - 0 SEVILLA FC

El corazón del Metropolitano da la victoria al Atlético, otra vez con diez

La fuerza de la afición del Metropolitano supo restituir la energía que le faltó al Atlético de Madrid cuando se quedó con diez jugadores -por segunda vez en los últimos tres partidos- y cundía el temor de volver a dejar escapar la victoria en los últimos instantes. Los tres puntos se quedaron en el estadio del Atleti. Los mereció.
Los jugadores celebran el tanto de Llorente / Foto: ATM
Los jugadores celebran el tanto de Llorente / Foto: ATM

En el fútbol la justicia suele ser un elemento que con frecuencia brilla por su ausencia. Pero, en ocasiones aparece. El Atlético de Madrid mereció vencer al Sevilla FC. Por cómo empujó a su equipo, lo justo habría sido también que la gente del Metropolitano se quedara con la victoria, y así fue, eso sucedió. La justicia dejó ver su rostro.

Durante toda la primera mitad el Atleti puso el fútbol, las ocasiones, el control del juego, el criterio. . Con un Rodrigo de Paul fantástico, apareciendo en todos lados del campo, siempre con acierto -casi diciéndole a Koke, "ché, capi, dejame a mí el esfuerzo, vos dedicate a controlar la bola"-, los rojiblancos metieron a todo el Sevilla en su propio campo y De Paúl posiblemente haya jugado su mejor partido de rojiblanco. Los hispalenses fueron incapaces de salir de la medular hacia adelante.

El peligro iba apareciendo y, si el Atlético no se adelantó en el marcador en esos primeros 45 minutos exactos -César Soto Grado- no descontó ni un segundo- se debió a dos circunstancias: Álvaro Morata marró las dos que tuvo (la primera, franca, pero se la sacó Dimitrovic); y los rojiblancos fallaron siempre en el último pase.

Diego Simeone echaba las muelas en la banda, cada vez que comprobaba que todo este caudal de fútbol que generaba el equipo, haciéndolo todo bien, se iba por el sumidero a la hora de enganchar la última asistencia con el remate a gol.

LOS CAMBIOS OTRA VEZ

De inicio en la segunda mitad se quedaron en la caseta los dos laterales carrileros, Rodrigo Riquelme y Nahuel Molina -'Roro' no estuvo mal, desde luego, mejor que Nahuel-, y salieron Marcos Llorente y Ángel Correa. El 'Cholo' buscaba mayor punch con la fuerza de Llorente e intentar solventar el hilvanado de última jugada en el área, con el giro sobre su eje y la ratonería de Correa.

De nuevo Simeone acertó en los cambios. Nada más arrancar el segundo acto, Koke templa en el centro del campo, observa que Llorente abre toda la pradera por su banda, se la lanza en largo, cabalgada marca de la casa, pase de la muerte que remata Morata, desvía el portero Dimitrovic y el propio Marcos Llorente recoge el rechace y anota el 1-0 colándosela al arquero por debajo del cuerpo. Más eficacia con los cambios, imposible.

FALTA DE GASOLINA Y CON DIEZ DE NUEVO

A partir de ahí, el Atlético fue poco a poco cediendo el campo y el control del partido. Comenzó a aparecer una constante observada en los últimos seis o siete encuentros, la falta de piernas. Los rojiblancos han terminado diciembre sufriendo la concatenación de dos partidos a la semana.

El 'Cholo' también vio el peligro y de inmediato tomó la decisión de meter acero en la defensa y asegurar el botín logrado, así que sacó del campo a Morata y metió a Söyünçü. El turco estuvo sobre el césped dos minutos y medio. El minutado que tardó en clavarle los tacos por detrás al tendón de Aquiles de Lucas  Ocampo.

Todo, a la altura divisoria de la medular y en una pelota del todo intrascendente. Soto Grado amonestó en primer momento con amarilla. El VAR le avisó al instante y, tras revisar en la pantalla, no hubo más dudas, roja directa en una entrada tan innecesaria como peligrosa.

Si con once jugadores el Atleti estaba muy justo de piernas, con diez y todavía media hora por jugarse..., el escenario volvía a tornarse demasiado semejante al del Getafe hace unos días. Para colmo, de repente se extendió una tremenda sensación de mal rollo con lo visto a Antoine Griezmann a continuación: Simeone sacó del campo al francés, que gesticuló y protestó la decisión del entrenador de forma ostensible. Tan mal lo veían los rojiblancos que ni siquiera hubo margen para aplaudir amorosamente el regreso al fútbol, 10 meses después de su terrible lesión, de Reinildo Mandava

LA GENTE DEL METROPOLITANO

El Atleti estaba totalmente aculado en su propia área. Y así continuó casi la media hora que se tuvo que jugar. Los jugadores querían, pero simplemente no podían, no había más energía que la que había. ¿Dónde buscarla? ¿Qué hacer? 

Simeone se sacó la última carta que le quedaba en la manga, implorar -literalmente lo hizo, con las manos en gesto de súplica- a la gente del Metropolitano que socorriera a los suyos con lo más atlético que posee el Atlético de Madrid, el corazón del 'coraje y corazón'.

Y vaya si el público respondió. Cierto que fueron 30 minutos de temerse lo peor, pero donde otros estadios sufren ese temor como quien asiste a la ópera, en el Metropolitano lo frecuente es transformar en una caldera el campo. Mucho más cuando el 'Cholo' dirige la coreografía el día justo en que se cumplían los 12 años desde que el argentino cogiera las riendas del equipo.

Al final el Atleti se llevó los tres puntos. Incluso pudo marcar el 2-0 en el último minuto en un mano a mano de nuevo de Llorente con Dimitrovic. Con franqueza, no hubieran podido los rojiblancos cerrar 2023 con una victoria tan importante de no haber estado la gente del Metropolitano detrás. No es una conclusión tribunera y facilona. Es un hecho objetivo.

El corazón del Metropolitano da la victoria al Atlético, otra vez con diez