En el Atlético de Madrid se echan a temblar cada vez que la RFEF hace pública la lista de árbitros de cada jornada. Para la última, el Atleti ya sabe que el tándem elegido es el formado por Juan Martínez Munuera (no confundir con Munuera Montero), en el terreno de juego, y Jesús Gil Manzano en el VAR.
Si nos centramos en las últimas actuaciones de Martínez encontramos dos decisiones importantes. Este fue el colegiado que pitó un penalti inexistente ante el Mallorca que supuso la derrota del Atlético de Madrid. Seguro que recuerdan la acción. Reinildo lanza la pierna al borde del área y toca el balón con la puntera. Como consecuencia de la inercia de la jugada, también acaba pisando ligeramente al atacante. El colegiado pito pena máxima y no fue corregido desde el VAR al existir un contacto.
Sin embargo el Atleti puede estar agradecido a este árbitro por su actuación, desde el VAR, en el derbi madrileño. Una internada en el área de Correa acabó con este derribado por un pisotón de Vallejo y un empujón simultáneo de Militao. El colegiado del encuentro, César Soto Grado, no decretó penalti, pero en el VAR, Martínez Munuera le recomendó revisar la jugada. Con cara de cierto disgusto, el árbitro de campo acabó pitando el penalti que le daría la victoria al Atlético de Madrid.
Peor nos ha ido con con Gil Manzano. La historia de arbitrajes polémicos al Atleti es interminable. Si nos centramos en el último partido que arbitró a los rojiblancos, queda en la memoria el clamoroso penalti que sufrió Griezmann ante el Granada. El francés se adelantó al defensa a la hora de tocar el esférico dentro del área y recibió una terrible plancha en el tobillo, taco marcado y chorro de sangre incluido. Ni el árbitro, que vio la sangre, ni el VAR, entendieron que fuera penalti.
