Era algo de lo que MÁS ATLÉTICO venía informando desde hace semanas, Matheus Cunha (23 años) no volvería a vestir más la camiseta del Atlético de Madrid tras el parón liguero para iniciar el Mundial de Catar.
Todavía no es oficial ni se han cerrado los últimos flecos, pero la salida de Matheus Cunha del Atlético será un hecho en cuestión solo de unas horas. El delantero brasileño se marcha al Wolverhampton de la Premier League, entrenado por Julen Lopetegui. El Atleti recibiría entre 45 y 50 millones de euros por la operación.
Este es, justamente, el principal fleco que queda por sustanciar, si la operación se cierra con la fórmula de cesión hasta final de junio con cláusula de compra obligatoria, o si por contra se opta por una compra directa ahora ya en el mercado de enero. También se gestiona la comunicación oficial de la salida: hacerla de forma inmediata o esperar al 1 de enero de 2023.
En todo caso, Matheus Cunha va a volar próximamente hasta la ciudad de Wolverhampton para pasar el reconocimiento médico con los Wolves.
El español Julen Lopetegui ha sido el principal valedor del todavía '9' rojiblanco. Tras su salida del Sevilla FC, Lopetegui fue contratado casi de inmediato por el Wolverhampton, uno de los nuevos equipos de la Premier inglesa con voluntad de crecer deportivamente y ascender en sus pretensiones competitivas.
Matheus Cunha llegó al Atlético de Madrid en el verano de 2021 procedente del Hertha de Berlín, club alemán al que el Atleti pagó un traspaso cercano a los 30 millones de euros. Durante su casi año y medio en el Metropolitano nunca ha logrado hacerse con la titularidad regular en el 'once' de Diego Simeone, lo que no significa que el entrenador siempre lo haya mencionado de manera expresa en sus declaraciones públicas como "un ejemplo" de profesionalidad y de compromiso "con la colectividad del equipo".
También, pese a sus pocos minutos de juego, se ha ganó de inmediato el corazón de la afición atlética, gracias al pundonor demostrado defendiendo el escudo rojiblanco. Nunca le importó al brasileño si le tocaba jugar una hora o los minutos de la basura de un encuentro, la fuerza y la entrega con las que siempre salía al césped conquistaron a la parroquia colchonera. Se le guardará cariño ya siempre.
