lunes. 29.04.2024
Simeone ante el vacío / Foto: ATM
Simeone ante el vacío / Foto: ATM

La derrota del Atlético en Bilbao le deja a 3 puntos del Sevilla, segundo en la clasificación, a expensas de lo que haga el Barcelona este domingo a las 21:00 frente al Mallorca en el Camp Nou. La distancia se abre y, con el calendario venidero, el Atlético ya mira más a los equipos de atrás que a los de delante, porque su cuarta plaza está en peligro y es necesaria.

Quedan cuatro finales y el Atleti se complica el objetivo primordial de cada temporada, clasificarse para la Champions. Simeone lo dijo tras el partido frente al Granada que acabó empate a cero. Logrará la plaza el equipo que más ilusión tenga por lograrla. Un mensaje indirecto que apelaba a los jugadores a encontrar esa ilusión. Habló también de la necesidad de “recargar pilas” de los jugadores tras el cansancio que ha supuesto la lucha por la Champions frente a los equipos de Manchester. Los propios jugadores asumieron ese discurso de la necesidad de recuperar las fuerzas y para eso Simeone les dio unos días de vacaciones que algunos disfrutaron en la playa, y otros haciendo turismo desde Nueva York a Dubai pasando por Marrakech, entre ellos el propio entrenador.

Simeone parece desconcertado. Cada vez le cuesta más explicar lo que ocurre y aunque siempre sitúa sobre él la responsabilidad de las derrotas, no deja de mandar mensajes a sus jugadores cada vez más explícitos. Tras la derrota en San Mamés les ha vuelto a avisar: “veremos quién está en estos momentos” difíciles. El Cholo busca una reacción de garra que no se está produciendo. La esencia de lo que fue este equipo en los últimos años parece olvidada o en paradero desconocido. Y encima ahora toca reaccionar frente a un Real Madrid que no cede el paso ni con los suplentes. Puede ser el mejor día para enderezar la situación y recuperar el ánimo perdido, pero también puede ser la estocada final a un equipo y  a una afición acostumbrada al caviar y que ya no está dispuesta a regresar a los tiempos oscuros, aquellos en los que la apatía general sólo se sostenía por la irrenunciable pasión de los atléticos y la aparición de alguna luz en forma de "Niño" o de fichaje sorprendente. Entre bajas, sanciones y el peso de los malos resultados, la sensación en este momento es que el equipo ya llega derrotado al partido frente al campeón de Liga. Peligro. Cuando la situación parecía al límite hace unas semanas una comida de Gil Marín con Simeone y los fubolistas sirvió para cambiar la cara del conjunto rojiblanco. No se supo que estaba pasando para que un vestuario reaccionara con una simple comida pero los mismos males vuelven a aquejar al equipo.

Más allá de posibles problemas dentro del vestuario, da la sensación de que el equipo sufre una fatiga mental incurable. Las cosas no salen, no han salido en toda la temporada, por mucho que se han probado distintas alineaciones, esquemas y combinaciones. La Liga se está haciendo demasiado larga para algunos jugadores que miran más por su futuro que por el presente del club.

Las palabras de Oblak, enigmáticas, tras el partido frente al Athletic apuntan a algo así.

"No sé dónde tenemos la cabeza, pero aquí en el campo, al principio del partido, no estaba. No puede ser así. Siempre nos repetimos que tenemos que hacerlo mucho mejor, pero si no lo hacemos, todo será muy difícil".

Faltan cuatro jornadas importantes y el debate se instala con fuerza en el entorno rojiblanco. Quién sobra y quién falta en la plantilla. Pero también se ha instalado definitivamente la discusión sobre el propio entrenador y no son pocos los que creen que por mucho que nos haya dado Simeone en estos diez años y medio, es la hora del relevo, una posibilidad que, sin duda, abre un abismo de incertidumbre. Pero todo eso es hoy secundario. Si el Atleti no entra en Champions sobrarán más jugadores de los que queremos porque habrá que vender a los buenos y caros. Si el Atleti no entra en Champions y tenemos otro entrenador, éste tendrá que inaugurar ciclo con un equipo disminuido, bajo la presión de la historia reciente y con una grada dividida. Los debates, mejor cuando aseguremos la cuarta plaza.

El Atleti pierde la ilusión