martes. 30.04.2024
Llorente remata a gol / Foto: ATM
Llorente remata a gol / Foto: ATM

Un gol en el minuto 93 de un exmadridista le dio el empate final al Atlético de Madrid. Fue la situación, el momento y el escenario perfecto para comprobar cómo se escucha el silencio en el Estadio Santiago Bernabéu cuando se cierra la tapa de la recién estrenada impresora (por lo de HP, no me hagan explicarlo). No era esa la intención, claro. El Real Madrid tenía preparada una encerrona para el derbi que empezó por poner en su diana televisiva al colegiado Sánchez Martínez (como si hiciera falta) y que acabó por cerrar el techo del estadio en plena primavera invernal y sin razón climatológica que lo justificara.

Lo de la tapa, decisión unilateral, tenía como propósito que se cumplieran las palabras de Simeone en las que esperaba un ambiente en el Bernabéu como el que hubo en el estadio árabe de la Supercopa, algo que no confiaban conseguir desde la casa blanca dejando escapar los decibelios de los murmullos de la grada por lo alto del estadio. El resultado fue esta vez mejor que el del torneo para los rojiblancos y eso que no fue un buen partido de los de Simeone.

UN ATLÉTICO POCO RECONOCIBLE

El Atlético jugó en el Bernabéu con la mente en el partido de Copa del miércoles y como si supiera que la Liga ya está decidida, como si supiera que hiciera lo que hiciera no se iba a ir con tres puntos del estadio madridista. Porque si por juego el empate fue el resultado más justo, lo cierto es que el Atlético marcó dos goles legales y sólo le concedieron uno y porque no había mácula alguna que pudiera ensuciar la jugada.

Fue un gol de cabeza, como el 99% de las jugadas de peligro del Atleti, que en este partido se olvidó de aquello de combinar, primer toque y balones filtrados al área. Lo único que funcionó fue el balón por alto, juego directo y a encontrar la suerte que esta vez sonrió al Atleti al borde del final. Apenas Griezmann pareció divertirse donde naufragaron los componentes del centro del campo como De Paul o Koke.

Lo de honrar la memoria del Atlético Aviación con tanto juego aéreo tenía su razón de ser en el boquete que tenía Ancelotti en la defensa forzado por las lesiones. El italiano se inventó una zaga formada por Carvajal y Nacho como centrales, acompañados en los laterales por Mendy y Lucas Vázquez. Un caramelo para que Morata o los cabeceadores de la defensa se merendaran a los blancos.

BRAHIM, EL PELIGRO INESPERADO DEL REAL MADRID

En ataque, el Madrid iba a encomendarse a la colección de regates e histéricas quejas habituales de Vinicius pero el brasileño sintió molestias en el calentamiento y acabó cediendo su plaza a Brahim. Si Simeone había puesto cemento en la banda derecha con Llorente para frenar al brasileño, Ancelotti hizo de la necesidad virtud y colocó al malagueño contra la banda izquierda rojiblanca. Con él llegó, por ese lado, todo el peligro madridista, con las ayudas de Lucas Vázquez y Bellingham. Frente a ellos un errático Saúl y un nervioso Riquelme.

Más allá de dos arreones iniciales bloqueados por Oblak, poco más había hecho el Madrid en ataque cuando Riquelme erró un pase y Brahim se metió hasta la cocina sin que nadie en el área grande o pequeña fuera capaz de despejar el balón. Con ese 1-0 se fueron al descanso tras una primera parte de mayor dominio madridista. Koke, De Paul y Saúl no brillaron en un centro del campo en inferioridad numérica respecto a los cuatro hombres y mucho músculo que situó Ancelotti con Kroos, Camavinga, Valverde y Brahim. Simeone tuvo que corregir posiciones constantemente. Retrasar a Saúl, cambiar de banda a Riquelme, poner de lateral a Hermoso... Y todos imaginando lo que habría cambiado el partido con Reinildo en la izquierda.

Con todo, fue el Atleti el que gozó de mejores ocasiones, casi todas por alto. Un remate de Morata, este por bajo, que desvía Lunin tras una preciosa asistencia de Griezmann en el minuto 7, o un paradón del guardameta blanco en el 22 a un cabezazo de Witsel al que siguió otro golpeo de Savic que se fue fuera por poco. También Saúl tuvo su ocasión de cabeza en el 36.

GOL ANULADO A SAÚL

Con estos dos últimos protagonistas y de cabeza llegó el gol legal que fue anulado por el cuadro arbitral recién comenzada la segunda parte. Un córner rematado a la red en el área pequeña por Savic fue anulado por fuera de juego posicional de Saúl que, aun estando delante del portero, ni influyó en la visión de Lunin ni hizo amago de jugar la pelota. Era tan injustificable la decisión del VAR que Sánchez Martínez no quiso ni ir a verlo al monitor.

Para entonces ya no estaba Riquelme y en el 60 Simeone había revolucionado el once sacando del campo a Morata, De Paul y Saúl por Lino, Barrios y Memphis. Fueron los mejores minutos del Madrid que, a la contra, tuvo peligro con un disparo de Rodrygo y otra jugada personal de Brahim que falló ante Oblak tras agujerearle un túnel entre las piernas a Hermoso. No se encontraban soluciones desde la banda rojiblanca aunque tampoco se perdía la cara al encuentro. Tuvo Griezmann el empate con un taconazo que se estrelló en Lunin y otro de sus disparos no llegó a puerta al estrellarse en un defensa. El francés, siempre enchufado.

Y LLEGA EL EMPATE DE LLORENTE

Según se acercaba el final parecía más posible el empate. No tanto por el acierto en el juego sino por lo apretado del marcador. Y casi sin querer vino ese 1-1 de la única manera que podía llegar. Minuto 93, pase de Savic a la olla y prolongación de Memphis que Llorente remata de cabeza ante la indecisión de los defensas. Brazos al cielo del madrileño que se toparon con la cubierta, que ya ni en la alegría se puede buscar al Señor en ese estadio donde tantos sitúan al Mal residiendo en el hipogeo bajo el terreno de juego.

Llorente silencia al Bernabéu en el 93