viernes. 03.05.2024
El nuevo escudo en la bandera del Metropolitano / Foto: Más Atlético
El nuevo escudo en la bandera del Metropolitano / Foto: Más Atlético

La reunión de la Comisión Social venía envuelta en un ambiente de alta expectación. Terminada la temporada, como avisó Gil Marín, llegaría el momento de hablar del tema del escudo. La presión en las redes sociales atléticas, en las que domina con fuerza el discurso a favor del regreso del antiguo emblema, ya estaba en lo alto cuando se filtró la convocatoria de la sexta reunión de la Comisión para este jueves.

LA CONJURA DE LOS MIEMBROS DE LA COMISIÓN

Las anteriores cinco reuniones han dado pie a que los distintos miembros representantes de la afición estrechen lazos. Lo suficiente como para comer juntos en un restaurante junto al estadio antes de una reunión que estaba convocada a las 18:30. Ocho de los nueve representantes  se sentaron en esa mesa. Sobre la misma, el menú y un objetivo común, compartido por todos, y que tomó forma conforme avanzó la velada. De la reunión había que salir, sí o sí, con un compromiso de celebrar, cuanto antes, una consulta a los aficionados rojiblancos.

La alternativa no existía. Tras varias reuniones en las que los representantes del club, en ocasiones el propio Gil Marín, dieron largas al tema social que más preocupa a la afición, una nueva dilación dejaría sin sentido la propia Comisión, que perdería toda su credibilidad para acabar dando la razón a quienes la abandonaron, precisamente, por los retrasos en abordar el asunto. Recordemos que el décimo miembro de la Comisión, el representante de la grada de animación, eufemismo para referirse al Frente Atlético, abandonó el grupo sin previo aviso en diciembre para iniciar a continuación una huelga de animación que generó aún más enfrentamiento entre la afición. Por eso, cuando la Comisión accedió a sala de la reunión, sus miembros sabían que si no lograban el objetivo saldrían disueltos.

DE MOSTRAR EL INFORME ECONÓMICO A ACEPTAR LA CONSULTA

Eso es lo que se encontró el representante del club, una Comisión conjurada en su idea de que se diera voz a los aficionados. Gil Marín, que se iba este mismo jueves de viaje, dejó el mando a Fernando Fariza, director del Área Social del club. Fariza llegó a la reunión con el prometido informe económico sobre las consecuencias de cambiar el escudo. La confección de este informe por el propio club fue la excusa para dilatar en el tiempo la toma de una decisión sobre el referéndum. A regañadientes, la Comisión aceptó en enero esperar a verlo para dar el siguiente paso. 

El informe se mostró a los asistentes en un proyector y no se dio copia del mismo. El club no quiere que se conozcan los detalles de su contenido por incluir datos confidenciales, algo que están respetando los miembros de la comisión. El informe, elaborado con datos de Nielsen, Deloitte Football Money League, Football Benchmark, LaLiga y datos de la auditoría interna, refleja que en los últimos cinco años se han batido récords de ventas por retail y que en este último año se ha vuelto a batir el récord de facturación. Pero el informe también hace una estimación del impacto negativo que supondría volver de nuevo al escudo antiguo. Una cifra que nadie quiere revelar pero en la que tanto fuentes del club como de la Comisión, consultadas ambas por Más Atlético, califican como "muy importante".

Visto el informe, los miembros de la Comisión han pedido votar la convocatoria de una consulta. El riesgo de un nuevo escenario de enfrentamiento directo con la grada, que Gil no quiere ni plantearse, ha forzado al club a tomar una decisión inédita. La rapidez en la reacción del club muestra hasta que punto era consciente de que podía encontrar unanimidad en la Comisión. En sólo 24 horas se convocaría una consulta a celebrar este fin de semana a través del área de socios de la página web del club, cuyos resultados serán cotejados por un notario. Una solución técnica que el club tenía estudiada de antemano.

CONSULTA O REFERÉNDUM: EL 'PROCÉS' DEL ATLETI

También ha estudiado los términos de esta "cesión". Una consulta no es un referéndum. Es algo que hemos aprendido todos siguiendo los vaivenes del "procés" catalán hacia la independencia, donde los distintos actores políticos han jugado con la ambigüedad de estos términos hasta en los juzgados del Alto Tribunal. El del escudo es el 'procés' particular del Atleti. Los más reivindicativos exigen un referéndum, vinculante y decisivo. pero la consulta, como su propio nombre indica, no es vinculante. El paso adelante del club es enorme pero no definitivo. Mantiene el control del proceso, de la pregunta y de la interpretación del resultado, a partir del cual tomará una decisión.

La Unión Internacional de Peñas, el miembro de la Comisión que mayor representatividad aporta en número de socios, sigue, no obstante, hablando de referéndum. En una nota informativa que ha hecho llegar a los medios de comunicación, la Unión se felicita de que "por fin se ha hecho realidad la convocatoria por parte del Club de un referéndum, cuya reivindicación ha sido constante por parte de la UNIÓN desde el 2018". "Un objetivo alcanzado", afirman, aunque terminan con un matiz. "Lo que ahora toca es respetar y apoyar el proceso que nos conduzca a la realización del referéndum, así como respetar el resultado del mismo, como corresponde a todo buen Atlético."

El proceso, por tanto, seguirá un incierto camino tras la consulta que, en cualquier caso, no deja de ser un éxito de la afición para la que han sido necesarias también algunas torpezas desde el club.

EL CLUB, EN SU PROPIO LABERINTO

La directiva rojiblanca se ha perdido en su propio laberinto. Convencida de la necesidad de adaptar el escudo a los nuevos tiempos por una cuestión de marketing, imagen de marca y presencia internacional, tomó la polémica decisión de renovar el emblema por sorpresa en diciembre de 2016. Lo hizo sin consultar a la afición, probablemente por el temor a recibir la oposición frontal de unos seguidores muy sensibilizados por el inminente cambio del estadio.

Más de 6 años después, parte de esa afición sigue reclamando aún el regreso del escudo antiguo. En medio de una crisis social dentro de la entidad que alcanzó su cenit por las quejas por el diseño de la camiseta de esta recién terminada temporada, Gil convocó a varias peñas a una comida en el Estadio Metropolitano. Allí, según personas presentes consultadas por Más Atlético, el CEO rojiblanco admitió que quizás pudo equivocarse con el cambio de escudo y abrió la puerta a que, si la nueva comisión social que anunció esa misma tarde así lo decidiera, se podría tratar la realización de un referéndum.

Sin embargo, el comunicado posterior, enfrió esas expectativas. Esta forma de actuar, diciendo unas cosas en privado y otras en público, se ha repetido más veces y es algo que desconcertó a los miembros de la Comisión. La voluntad del club para cambiar el escudo era manifiestamente cero  pero no echó el cerrojo en la puerta. Y se la han derribado. La crisis creada por la huelga de animación del Frente Atlético rompió la paz social y amenazó con afectar deportivamente al equipo, como admitió el propio Simeone. Si bien no logró su objetivo y sus instigadores acabaron por echarse atrás ante la falta de seguimiento, lo cierto es que aquella situación evidenció que el tema del escudo estaba lejos de olvidarse.

El club intentó controlar la situación a través de la Comisión Social, que siendo un indudable avance, no es precisamente una entidad transparente. Fue el propio club el que eligió a dedo a sus integrantes con sus propias razones, entre las que estaba, obviamente, no pegarse un tiro en el pie. Si incluyó finalmente a la grada de animación fue por recomendación de otros de los miembros que veían coja la representatividad de la Comisión si no participaba el grupo más numeroso y activo de cuantos forman la afición. 

Pero además, dentro de las normas establecidas por el club para su funcionamiento está el control total de la comunicación pública. No hay más portavoz que el club, el único que puede emitir un comunicado sobre las decisiones de las reuniones. No hay actas de los encuentros, se exige confidencialidad total de lo debatido y no se conocen los nombres de los integrantes salvo los de quienes lo han querido decir. 

Pues ni aún así ha podido el club evitar dar un paso que se resiste a dar. La consulta es otra huida hacia adelante. Se da el paso de forma controlada para seguir buscando un asidero que evite dar el paso definitivo. La diferencia es que ahora quien va a hablar es la propia afición y eso ya tiene un valor en sí mismo sea cual sea el resultado.

El 'procés' del Atleti: así se gestó la consulta del escudo